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El consumo de alcohol en España ha registrado en las últimas décadas un importante
crecimiento entre la población juvenil y adolescente, convirtiéndose en la droga más
consumida por esta población y causando importantes problemas sociales, sanitarios y de
salud pública, siendo las mujeres especialmente vulnerables a estos efectos. Durante la
adolescencia, el cerebro sufre una maduración y remodelamiento funcional, lo que incluye un
incremento de la conectividad neuronal, así como la modificación de la plasticidad sináptica en
diferentes áreas cerebrales como la corteza prefrontal (CPF). Aunque los daños del alcohol en
el cerebro adolescente han sido ampliamente estudiados, los mecanismos moleculares por los
que ocurren se desconocen. En este trabajo se explora la hipótesis de que el alcohol es capaz
de activar los receptores del sistema inmune innato TLR4 desencadenando una respuesta
neuroinflamatoria que puede conllevar a alteraciones sinápticas, mielínicas, epigenéticas y
conductuales a corto y largo plazo. Para ello, ratones hembra adolescentes WT y deficientes en
TLR4 (TLR4-KO) fueron tratados o no mediante exposición intermitente al alcohol durante la
adolescencia (EIAA). Se observó que los ratones WT tras EIAA presentaron un mayor nivel de
mediadores pro-inflamatorios en la CPF, así como alteraciones moleculares y estructurales en
la mielina y en las sinapsis. Además, también se encontraron modificaciones epigenéticas en
los promotores de genes asociados a la neuroplasticidad (bdnf, fosb). La mayoría de estos
cambios se mantuvieron hasta la edad adulta (3 semanas tras la EIAA) y se asociaron a
alteraciones conductuales como déficits de memoria, aumento de la ansiedad y una
preferencia por el consumo de alcohol. También se comparó el perfil de citoquinas y
quimioquinas en el suero de chicos y chicas adolescentes tras una intoxicación aguda etílica,
encontrando que las chicas presentaron mayores niveles de mediadores inflamatorios tras la
intoxicación aguda, efectos que se reprodujeron utilizando el modelo murino de EIAA en
ratones macho y hembra. Notablemente, los ratones TLR4-KO estaban protegidos frente al
daño neuroinflamatorio y conductual causado por la EIAA, sugiriendo que el receptor TLR4 es
clave en los efectos neurotóxicos causados por el alcohol en el cerebro adolescente.
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