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El interés por el mismo periodo de la Historia de Francia y una construcción muy similar de las dos obras por lo demás muy distintas me han conducido a idear una lectura de Intolerancia con Crónica general. El arte del contrapunto, retomado de los escritos de Gil-Albert, se revela con una eficacia que evidencia la dimensión romanesca de la reconstrucción histórica de Griffith. Mientras Gil-Albert observa el tiempo largo de la Historia, se centra en la meditación y se apoya en Montaigne, Griffith se fija en un episodio, la Matanza de San Bartolomé, que lleva a incandescencia y echa mano de la literatura popular francesa como lo sugiere el nombre de un personaje ficticio, huella de una novela de Elie Berthet. La fascinación de la imagen y el happy end permiten aguantar su trágica visión del mundo mientras que en Gil-Albert la tolerancia sigue siendo, a pesar de todo, el horizonte de ese periodo tormentoso. Dos posturas frente a las circunstancias: resistencia y disidencia.
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