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Se analiza la Estoria del noble Vespasiano a partir de diversas lógicas genéricas. Su núcleo central originario, la venganza, se acomoda a la llamada épica sagrada. En su prosificación, se insiste en su escritura y transmisión realizada por testigos presenciales, lo que proyecta el relato sobre la historia, sin justificación en el texto. Su título castellano, Estoria del noble Vespasiano, emperador de Roma (1491-1494), se aparta de la tradición europea. Debe interpretarse en clave política, y puede ser considerado pionero y singular entre las historias breves épico-caballerescas con las que se asociará. En su transmisión suele unirse a relatos de la Vida de Cristo, como sucede en la impresión catalana del Gamaliel en la que se denomina Destrucción de Jerusalén. Traducido el conjunto al castellano en 1522, alcanza notable éxito hasta su prohibición por la Inquisición. Su unión con otros textos piadosos, impone una lectura en clave religiosa, la más acorde con sus orígenes y su configuración narrativa.
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