En este trabajo se analiza cuál ha sido la acción o la inacción del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a la hora de aplicar el Capítulo VII de la Carta, dedicado al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Hasta 1990 predominó la más absoluta discrecionalidad por parte de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, con un uso abusivo del derecho de veto, que hizo inoperante en la práctica las previsiones del Capítulo VII de la Carta. El final de la guerra fría propició un renacimiento del Consejo de Seguridad en la práctica internacional. Pero relativamente pronto su actuación quedó cuestionada: los bombardeos aéreos de Yugoslavia, Kosovo incluido, y la posterior invasión y ocupación militar del Iraq, precisamente porque se realizaron al margen de cualquier contexto normativo general, se configuraron como comportamientos muy graves capaces de modificar todo el aparato de las relaciones internacionales surgido tras la Segunda guerra mundial y fundado sobre la primacía de la Carta de las Naciones Unidas. Se trata de comportamientos tan graves que son capaces de cuestionar la propia persistencia del ordenamiento internacional basado sobre el Derecho y no sobre la discrecionalidad del más fuerte.