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Montañana Olaso, Elena
Cortés Tomás, María Teresa (dir.) Departament de Psicologia Bàsica |
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Aquest document és un/a tesi, creat/da en: 2016 | |
Introducción:
Desde hace varios años, se está produciendo un cambio en los patrones de consumo de alcohol, encontrando que cada vez es más frecuente el consumo experimental u ocasional de fin de semana, vinculado principalmente a contextos lúdicos, que conlleva una ingesta de cantidades elevadas de alcohol en pocas horas. Este patrón se ve reflejado especialmente entre los jóvenes. Un fenómeno que propicia la aparición del mismo en España es el botellón, en el que son los mismos jóvenes los que adquieren en comercios las bebidas que posteriormente se sirven e ingieren, generalmente, en lugares públicos. A nivel nacional este tipo de consumo se denomina Episodio de Consumo Intensivo de Alcohol (CIA), el cual lleva implícito una serie de consecuencias psicosociales negativas.
La evaluación de este patrón de consumo en población juvenil presenta ciertas limitaciones, derivadas principalm...
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Introducción:
Desde hace varios años, se está produciendo un cambio en los patrones de consumo de alcohol, encontrando que cada vez es más frecuente el consumo experimental u ocasional de fin de semana, vinculado principalmente a contextos lúdicos, que conlleva una ingesta de cantidades elevadas de alcohol en pocas horas. Este patrón se ve reflejado especialmente entre los jóvenes. Un fenómeno que propicia la aparición del mismo en España es el botellón, en el que son los mismos jóvenes los que adquieren en comercios las bebidas que posteriormente se sirven e ingieren, generalmente, en lugares públicos. A nivel nacional este tipo de consumo se denomina Episodio de Consumo Intensivo de Alcohol (CIA), el cual lleva implícito una serie de consecuencias psicosociales negativas.
La evaluación de este patrón de consumo en población juvenil presenta ciertas limitaciones, derivadas principalmente de los aspectos confusos de su definición/operacionalización. Por lo que en este trabajo se tratará de esclarecer al máximo posible desde la operacionalización del mismo hasta la medida objetiva de las consecuencias que se pueden generar en este colectivo, identificando en todos los casos aquellas medidas que resultan más adecuadas para su valoración.
Método:
Un total de 401 estudiantes universitarios y de Formación Profesional participaron en el estudio, todos ellos consumidores de alcohol, de nacionalidad española y en edades comprendidas entre 19 y 26 años. Los sujetos fueron instruidos para completar el cuestionario y el experimento, este último dirigido a medir la cantidad de gramos servidos en distintas consumiciones. El análisis de datos fue llevado a cabo mediante el paquete estadístico SPSS 19.0.
Resultados:
El 66.3% de los jóvenes realizan CIA, siendo los varones los que presentan mayor cantidad de alcohol consumido y en mayor frecuencia que las mujeres. Los días de la semana de máximo consumo son el jueves, viernes y sábado. En el método de acceso al alcohol destaca el consumo en bares o pubs, seguido de la combinación de estos con lugares públicos. La cerveza y los destilados de alta graduación son los tipos de bebida más consumidos por este colectivo.
Se identifica un elevado número de jóvenes CIA que no son clasificados como consumidores de riesgo cuando se utiliza el AUDIT. En concreto, son los grupos que realizan ingestas menos severas los peor identificados. Del conjunto de ítems que incluye este instrumento, son los tres primeros ítems (AUDIT-C) los que obtienen puntuaciones más elevadas.
En la operacionalización de la cantidad de alcohol consumido, los gramos reales ingeridos son los que presentan mayor adecuación, siendo las consumiciones y las Unidades de Bebida Estándar (UBEs) las que obtienen mayores porcentajes de clasificación errónea. En la duración del evento CIA, el uso del concepto una única ocasión de consumo conlleva un elevado número de mal clasificados. Se obtiene además una frecuencia de realización del CIA de al menos dos veces al mes.
Los síntomas físicos derivados de la intoxicación, la pérdida de control, el síntoma de tolerancia asociado a la dependencia física, algunos problemas socio-interpersonales, de autopercepción, conductas de riesgo de carácter más general e impacto en las responsabilidades académicas / profesionales son las consecuencias que representan mejor a esta población. El cuestionario que aporta mayor información acerca de este tipo de repercusiones es el IECI.
Discusión:
La delimitación de las características del/la consumidor/a de alcohol de este trabajo permite concluir que la muestra seleccionada está totalmente identificada con el perfil de consumidores intensivos de alcohol que suele encontrarse en los estudios realizados hasta el momento, demostrando además la existencia de diferentes tipos de consumidores intensivos en base a los principales parámetros que definen este consumo (cantidad de alcohol, frecuencia y regularidad del consumo).
El AUDIT resulta una herramienta poco fiable para la detección del consumo de alcohol de riesgo entre los jóvenes CIA. Sólo las tres preguntas iniciales o AUDIT-C, son las más representativas del colectivo, sin embargo no se ajustan al patrón de consumo intensivo definido por la investigación, por lo que sería necesario revisarlas y ajustarlas.
En la operacionalización del CIA, el uso de UBEs adaptadas al consumo de alcohol juvenil podría proponerse como alternativa al número de gramos reales ingeridos. Para dar cuenta de la duración del evento de consumo se recomienda la utilización del número concreto de horas, en las que se tenga en cuenta el ritmo promedio de metabolización del alcohol, lo que avalaría la existencia de consecuencias con mayor o menor perjuicio para los sujetos. Además, se sugiere incluir en la definición del CIA la frecuencia de realización de este consumo, ya que marca con mayor claridad el riesgo asociado a esta ingesta.
Finalmente, es importante valorar qué consecuencias se utilizan para evaluar el consumo de alcohol en los jóvenes, la intensidad del consumo e incluso la edad del entrevistado juegan papeles importantes en la detección de las mismas. En este sentido, aunque el IECI se presente como la herramienta más adecuada, las puntuaciones elevadas en algunas de las consecuencias descritas en los otros dos instrumentos conduce a sugerir la necesidad de incluir las mismas en el IECI, lo que permitiría disponer de una herramienta más completa para evaluar posibles consecuencias derivas del CIA.
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