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La presente Tesis Doctoral constituye la memoria de un ensayo clínico controlado y aleatorizado (ECCA) cuyo objetivo primordial es demostrar la eficacia de la suplementación nutricional hiperproteica e hipercalórica con fórmulas enriquecidas con vitamina C y Zinc, entre otros elementos, en el tratamiento coadyuvante de úlceras por presión de categoría II, III y IV.
Es basta la literatura que demuestra su efecto positivo para evitar o retrasar la formación de lesiones (prevención primaria) tan frecuentes entre la población geriátrica. Pero sus resultados son discutidos en prevención secundaria y que sintetizaron muy bien los autores Maklebust y Siegreen afirmando que “el rol de la nutrición en la prevención y el tratamiento de las úlceras es muy bien aceptada teórica y clínicamente, pero los datos procedentes de la investigación son, hasta ahora, incompletos y en algunos casos controvertidos”.
En nuestro estudio, se obtuvieron resultados de una muestra compuesta por 21 pacientes con mayoría de mujeres, todos ellos reclutadas en el ámbito sociosanitario. El estado nutricional fue analizado a través del IMC, el MNA, la albúmina sérica y las proteínas totales. Ésta última reveló una desnutrición leve en ambos grupos, la puntuación del test MNA en el grupo control indicó un estado de malnutrición y en el de tratamiento un riesgo de caer en esta situación. En el caso de los valores de proteínas totales, éstos son compatibles con una desnutrición calórico-proteica en ambos grupos. Cabe destacar, que el resultado del índice de Quetelet estuvo dentro de la normalidad y no se correlacionó con las variables anteriores.
También se analizaron los resultados de micronutrientes como el Zn y el Cu. La determinación de los niveles plasmáticos de Zn descubrió una hipocincemia sólo en el grupo de intervención, y los relaticos al Cu estuvieron dentro de la normalidad.
Las variables relacionadas con el estado de oxigenación y perfusión tisular (Fe, ferritina, hematocrito, hemoglobina y hematíes), de las cuales, cabe destacar que los niveles de ambos grupos tras la intervención descendieron a niveles inferiores a los de partida, y las variables ferritina, hematocrito, hemoglobina y hematíes se comportan de manera similar incrementándose en el grupo de tratamiento después de la suplementación.
En cuanto a las categorías de las UPP, el resultado más destacable en ambos grupos es las desaparición de la categoría IV y la reducción en porcentaje de las UPP III en el grupo de intervención.
El contraste de hipótesis principal se realizó mediante las puntuaciones de la escala PUSH, y aunque el resultado no fue estadísticamente significativo, se consiguió un efecto clínico con una mayor reducción en el grupo tratamiento.
Las medidas de asociación mostraron una relación inversa (cercana a la significación estadística) de fuerza moderada entre reducción de tamaño de la lesión e incremento de la albúmina sérica. La correlación entre tamaño de la lesión y niveles plasmáticos de Zn reveló una relación inversa de fuerza moderada (también con p-valor cercano a la significación estadística). El modelo de regresión simple muestra, de manera estadísticamente significativa, la relación inversa entre la reducción del tamaño de la herida con los niveles de Zn.
Por último, un análisis factorial de componentes principales identificó que el factor que se corresponde conceptualmente con el estado nutricional explica mayor parte de la variabilidad de los datos obtenidos.
Tras el análisis de los datos recogidos a partir del seguimiento de los grupos control e intervención, se pudo concluir que actualmente, con nuestras datos y las limitaciones existentes en el ECCA, no se puede afirmar que la suplementación hipercalórica e hiperproteica enriquecida con vitamina C y zinc, entre otros elementos, sirva como tratamiento coadyuvante en la asistencia de úlceras por presión de categoría II, III y IV. Por otra parte, nuestros datos sugieren la relación inversa entre niveles plasmáticos de zinc y la reducción del tamaño de las UPP y se ha observado que las variables relativas al estado de oxigenación y perfusión tisular ejercen importante influencia en el proceso de cicatrización de las UPP. A la vista de nuestros resultados parece aconsejable incrementar la duración del período de suplementación, que en nuestro caso de 3 semanas, para obtener mayor magnitud en la respuesta y poder alcanzar la significación estadística. También se ha evidenciado diferencias entre las distintas herramientas para valorar el estado nutricional, pero de acuerdo con lo previamente publicado se ha encontrado asociación entre situaciones de desnutrición y padecimiento de UPP. Por último y tras la revisión bibliográfica efectuada, creemos que son necesarios más estudios para determinar las dosis óptimas en prevención primaria de la suplementación hipercalórica e hiperproteica con micronutrientes relacionados con la cicatrización.
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