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Introducción: El ictus representa un problema de salud pública de primer orden, no solamente a nivel nacional, sino también a nivel mundial. Supone una de las causas más importantes de discapacidad y además, se prevé un aumento del número de casos, sobre todo en la población mayor, incrementándose los cuidados sociosanitarios de estos pacientes. La recuperación después de un ictus es compleja. La afectación de la mano es una de las consecuencias que más persisten tras esta patología, que en muchas ocasiones se encuentra asociada a la espasticidad y a cambios reológicos en los tejidos debido a la inactividad muscular e inmovilidad articular, dando lugar a unos trastornos que conllevarán una alteración de la funcionalidad de la extremidad superior y una disminución en la autonomía de estos pacientes. La estimulación eléctrica neuromuscular (EENM) es una de las herramientas propuestas dentro del arsenal terapéutico fisioterápico para el tratamiento del miembro superior tras un ictus, pero se necesitan datos más sólidos en cuanto a su utilización. El objetivo general del presente estudio se centró en valorar los efectos de dos protocolos de EENM con corriente rectangular bifásica simétrica aplicada en la mano parética de un grupo de población mayor con hemiparesia espástica tras ictus. Material y métodos: Para ello, se llevó a cabo un ensayo clínico aleatorizado con una muestra de 69 pacientes mayores con afectación de la mano por hemiparesia espástica tras sufrir un ictus que fueron asignados aleatoriamente al grupo experimental de 50 Hz (que recibió la fisioterapia convencional y EENM de 50 Hz), al grupo experimental de 35 Hz (fisioterapia convencional y EENM de 35 Hz) o al grupo control (fisioterapia convencional). La EENM se aplicó en los extensores de muñeca y dedos, 30 min, 3 días/semana, durante 8 semanas. Las medidas de resultado incluyeron pruebas relacionadas con el deterioro sensitivo y motor, la función manual, la independencia en las actividades de la vida diaria y la calidad de vida. Se evaluaron al inicio, después de 4 y 8 semanas de tratamiento, y tras un periodo de seguimiento. Resultados: Ambos grupos experimentales presentaron cambios significativos en el ángulo de reposo (p< .001), la extensión activa (p< .001) y la extensión pasiva (p< .001) de la articulación de la muñeca, el ángulo de reposo (p< .001) y la extensión activa (p= .026) de las articulaciones metacarpofalángicas de los dedos, la fuerza de prensión (p= .031) y de la pinza tridigital (p= .013), la escala modificada de Ashworth para flexores de codo (p< .001), flexores de muñeca (p< .001) y flexores de los dedos (p< .001), el pico de máxima amplitud de la actividad electromiográfica de los flexores (p< .001) y los extensores (p< .001) de muñeca, así como la ratio de coactivación del antagonista durante la máxima contracción voluntaria isométrica de los flexores de muñeca (p= .002). El grupo experimental de 35 Hz presentó un efecto significativo en el Índice de Barthel (p< .001) y los ítems sobre la actividad física (p< .001) y social (p< .001) de las láminas COOP/WONCA relacionadas con la calidad de vida. No se encontró una interacción significativa entre los grupos y el tiempo tras la intervención en la prueba The Box and Block Test, la amplitud media de la actividad electromiográfica de los extensores de muñeca, la subescala propioceptiva y el resto de ítems de las láminas COOP/WONCA. Conclusiones: Los cambios observados sugieren que los protocolos de EENM aplicados podrían ser un útil complemento en el tratamiento fisioterápico para mejorar el deterioro motor de la mano, la independencia en las actividades de la vida diaria, y la actividad física y social relacionadas con la calidad de vida en pacientes cuidadosamente seleccionados tras un ictus, con un efecto superior del protocolo de EENM de 35 Hz sobre algunas de estas variables. Además, las mejoras conseguidas se mantuvieron tras el cese de la intervención.
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