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La ceca de Baskunes estuvo activa durante la segunda mitad del siglo II y los inicios del I siglo a.C. y se caracterizó por una prolongada emisión de series de bronce y por una conspicua producción de denarios. Perteneció al pueblo de los Vascones. Según algunas propuestas, estaría ubicada en la ciudad de Pamplona o en el sitio arqueológico de La Custodia, cerca de Viana. Los criterios para esta localización se han centrado casi exclusivamente en las evidencias numismáticas, porque en esos lugares fue hallada una gran cantidad de numerario de Baskunes
La producción de Baskunes ha sido organizada en 13 grupos, casi siempre coincidentes con emisiones, emitidos en un arco temporal de ca. 60 – 70 años. Cada grupo está definido por elementos iconográficos y artísticos, algunos de los cuales son exclusivos de esta ceca.
A diferencia de otras cecas que se valieron de otros tipos derivados también de la simbología y iconografía romana, la ceca nunca varió sus modelos iconográficos – anverso/cabeza masculina barbada y reverso/jinete con espada - salvo algunas excepciones, que no son exclusivas, relativas al uso del delfín asociado a la cabeza en los anversos de los bronces, o a la representación de un arado en su última emisión.
Toda la masa monetaria argéntea fue acuñada con un peso teórico de 3,86 g correspondiente al que tuvo el denario romano del siglo II a.C., pero reducido a 3,72 – 3,75 g, mientras que en el bronce las unidades tienen una media ponderal atestada de 9 g.
Las monedas de Baskunes circularon básicamente en el mundo interior de la Península, en dirección oeste. La extensión de la difusión de los dos metales dependió del valor intrínseco de ellos. Un factor común a las dispersiones de los dos metales fue la ausencia de moneda en territorios costeros que eran zonas de circulación, sobre todo, de moneda local romana y de cecas aragonesas y catalanas.
Mediante el análisis de los tesoros, de los hallazgos esporádicos, de la comparación estilística y epigráfica y de los elementos arqueológicos, es posible deducir que la ceca empezó a acuñar abundantes series de bronce hacia mediados del II a.C., para luego comenzar con las de plata en las últimas décadas de la misma centuria. Hay bastante indicios para considerar que la ceca terminó de acuñar denarios antes de la guerra sertoriana y de cumplir sus funciones con este metal antes de este acontecimiento.
Según los cuños detectados se puede considerar a Baskunes como una de las cecas que más importancia tuvo en la historia monetal prerromana de las comarcas interiores. La amplia difusión de su numerario en época antigua generó también una conspicua actividad de imitación y producción de forrados y quizás de híbridos.
Toda la masa monetaria debe relacionarse a la presencia romana en la Península, aún más marcada a partir de la mitad del II a.C. Es difícil proponer una causa puntual para la cantidad de plata producida, pero con mucha probabilidad sus motivos pueden relacionarse a la presencia militar de los romanos en el solar ibérico.
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