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López García, Guillermo | |||
Aquest document és un/a article, creat/da en: 2018 | |||
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El libro que nos ocupa es un sugestivo ensayo que surge de un proceso de reflexión e indagación académicas que ya es prolongado en el tiempo, pero que, sobre todo, brilla con luz propia por la fecundidad y calidad de los hallazgos previos. Sus autores, en efecto, han establecido una fructífera colaboración en el campo -necesariamente híbrido- de la comunicación política que les ha llevado a analizar con particular profundidad y acierto los nuevos fenómenos de movilización política surgidos en los últimos años, y muy particularmente en el caso español, que se sustancia especialmente en dos objetos de estudio específicos, claramente interrelacionados: el movimiento del 15M de 2011 y el partido político Podemos, surgido tres años después, pero cuya vinculación en distintos órdenes con dicho movimiento se antoja muy clara.Dicha línea de investigación, cuyos resultados más relevantes pueden ...
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El libro que nos ocupa es un sugestivo ensayo que surge de un proceso de reflexión e indagación académicas que ya es prolongado en el tiempo, pero que, sobre todo, brilla con luz propia por la fecundidad y calidad de los hallazgos previos. Sus autores, en efecto, han establecido una fructífera colaboración en el campo -necesariamente híbrido- de la comunicación política que les ha llevado a analizar con particular profundidad y acierto los nuevos fenómenos de movilización política surgidos en los últimos años, y muy particularmente en el caso español, que se sustancia especialmente en dos objetos de estudio específicos, claramente interrelacionados: el movimiento del 15M de 2011 y el partido político Podemos, surgido tres años después, pero cuya vinculación en distintos órdenes con dicho movimiento se antoja muy clara.Dicha línea de investigación, cuyos resultados más relevantes pueden consultarse en sucesivos artículos publicados en reputadas revistas de prestigio internacional (Casero-Ripollés y Feenstra, 2012; Feenstra y Casero-Ripollés, 2014; Feenstra y Keane, 2014; Feenstra, 2015; Tormey, 2015; Casero-Ripollés, Feenstra y Tormey, 2016), confluyen aquí en un texto académico de vocación claramente ensayístico-divulgativa, pues se trata, efectivamente, de condensar los hallazgos de anteriores investigaciones e interrelacionarlos en un contexto teórico y político-social coherente, que da lugar, al mismo tiempo, a un texto específico, distintivo, pensado para ampliar el foco de los lectores interesados potencialmente en esta materia de análisis.En consecuencia, no sólo tenemos un libro muy interesante, que se lee con facilidad y agrado, sino muy relevante en términos académicos: como síntesis de sucesivas investigaciones de impacto e interés indudable y también como texto divulgativo y de alcance social. Un texto cuyos objetivos quedan nítidamente clarificados desde un principio. Se trata de "examinar y reflexionar en torno a las nuevas formas de participación que se consolidan en una serie de campos específicos donde las nuevas herramientas de comunicación digital permiten impulsar dinámicas novedosas para la acción política. Más concretamente se analizan los siguientes puntos: 1) el repertorio político y la hibridación de las lógicas políticas 'horizontales' y 'verticales'; 2) la irrupción de nuevos partidos políticos; 3) la consolidación de procesos de monitorización como una forma de expresión y participación política básica, y 4) la subversión de la lógica mediática como fruto de las estrategias comunicativas del activismo político en red" (pág. XI).Precisamente es esta la arquitectura del libro, que se estructura en torno a cuatro capítulos que abordan las cuestiones que acaban de explicarse. En primer lugar, la reflexión sobre la naturaleza del activismo político en relación con lógicas políticas de naturaleza vertical (condensadas a partir de partidos políticos, que encarnan y casi monopolizan la representatividad política) u horizontal (generadas desde y por espacios político-sociales alternativos). Los autores matizan que, en la práctica, los activistas se ven obligados a combinar ambos parámetros, renunciando a toda forma de esencialismo o de ideología que enmarque toda su acción: "los activistas saben lo que no les gusta, pero están menos seguros de lo que apoyan" (pág. 15).El segundo capítulo constituye una clara y precisa reflexión sobre la naturaleza y evolución de los nuevos partidos políticos surgidos en los últimos años como respuesta a la crisis del sistema de partidos tradicional y la insuficiencia de la acción callejera-asamblearia para llevar a cabo sus propósitos de cambio. Nos encontramos tres categorías principales, lógicamente interrelacionadas: partidos protesta, partidos que vehiculan las protestas, partidos que tratan de cambiar la fisonomía de la democracia.Todos estos partidos intentan huir de liderazgos fuertes, como forma de contraponerse a los hiperliderazgos de las organizaciones convencionales y de reivindicar el papel de la política asamblearia; es lo que ocurre con partidos como la CUP o el Partido X y -en teoría- con Podemos, a través de los principios de la democracia directa y del protagonismo de los militantes-simpatizantes. Sin embargo, nos encontramos aquí una paradoja: los partidos o coaliciones que más han triunfado electoralmente (como Podemos o Barcelona en Comú) han acabado abocados a procesos de hiperliderazgo (que, en realidad, en ambos casos anteceden a la propia difusión de estas plataformas electorales entre la ciudadanía, y son su principal motor).El tercer capítulo delinea el concepto de democracia monitorizada, entendida como producto del aumento de la capacidad de escrutinio, fiscalización y crítica del poder desde otros espacios sociales, favorecidos por la aparición y desarrollo de los sistemas de comunicación digital. Dentro de la monitorización ejercida desde la sociedad civil, encontramos cuatro modalidades: fiscalización de la acción política, filtración de documentos reservados, nuevo papel de diversos medios alternativos y extensión de la representación política a través de diversas plataformas ciudadanas que se hacen visibles en Internet y en la movilización callejera. Por último, el capítulo cuatro incide en los principales cambios experimentados en el proceso de comunicación política, que se articulan en torno a dos conceptos fundamentales: la hibridación entre los viejos y nuevos medios, según lo establecido por Chadwick (2013); y el concepto de mediatización aplicado a la política (Strömbäck, 2008). Para ejemplificar dichos cambios, los autores inciden en los dos modelos de comunicación política que surgen del 15M, y que han analizado con profusión y acierto en algunas de las investigaciones mencionadas al principio: el activismo online articulado en torno al 15M, por un lado; y la aparición y consolidación del partido político Podemos, por otro. En cuanto al primer modelo, los autores explican que el 15M buscó establecer sus propias reglas en la relación con los medios, para no verse subsumido en la lógica de la mediatización y para intentar que el relato de lo que sucedía no fuese controlado por los medios: "La lógica activista cuestiona las reglas y los criterios que imponen los medios en su cobertura de la política, pero no renuncia a relacionarse con ellos. Es decir, impugna la mediatización de la política, pero no el lugar central de los medios en la comunicación política" (pág. 65).Podemos, en cambio, busca adaptarse a la lógica de los medios, insertarse en el discurso mediático apareciendo en los medios, sobre todo en la televisión, y refuerza esta apuesta por la mediatización de su discurso con una activa presencia en las redes sociales. No se trata de una improvisación, sino de una estrategia preparada durante años, merced a la reflexión académica de su núcleo duro (politólogos y sociólogos de la Universidad Complutense de Madrid), a su papel como activistas políticos en el contexto de la izquierda española y sobre todo a su participación en diversos programas de televisión local, en particular La Tuerka, dirigido y presentado por Pablo Iglesias. Como conclusión y cierre del libro, los autores proponen dos posibles desarrollos de la política democrática derivada del contexto actual: la democracia monitorizada y la democracia postrepresentativa. Y ambas hacen referencia a una pérdida de centralidad del poder político entendido en sentido tradicional; bien sea porque los partidos y los líderes sean sometidos a un escrutinio poliédrico, permanente e implacable; bien sea porque los nuevos líderes políticos de los partidos emergentes (o que se hacen con el poder en los "viejos" partidos) buscan acomodarse al nuevo escenario por la vía de renunciar, y también denunciar los usos y prácticas que son propios de la política tradicional. Dos trayectorias que, como puede verse, no tienen por qué resultar incompatibles.En resumidas cuentas, y como ha quedado establecido, estamos ante un libro de gran interés y relevancia, que aborda cuestiones capitales y lo hace con el rigor metodológico y teórico al que sus autores nos tienen acostumbrados, acompañado aquí de una vocación divulgativa que, personalmente, considero inexcusable para aquellos que nos dedicamos a la investigación académica en cualquier campo.
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