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Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte y de hospitalización en los países desarrollados. La cardiopatía isquémica se produce como consecuencia de un flujo coronario deficiente, con el consiguiente déficit en el aporte de oxígeno para cubrir las necesidades metabólicas del miocardio.
Las modalidades terapéuticas actuales para el tratamiento del infarto agudo de miocardio son limitadas y van desde el tratamiento médico en la fase aguda hasta la aplicación de dispositivos de asistencia mecánica al ventrículo izquierdo y el trasplante de corazón. Todo ello ha hecho que en los últimos años se hayan desarrollado nuevas técnicas para encontrar solución a las cardiopatías basadas tanto en la ingeniería de tejidos como en la terapia celular con células madre. La combinación de ambos campos, la denominada bioingeniería cardioregenerativa, puede llegar a solventar los problemas que ocurren tras un infarto de miocardio mediante 2 objetivos terapéuticos: proporcionar un soporte a través de un biomaterial, para evitar o disminuir el remodelado ventricular que acaba conduciendo a insuficiencia cardiaca y servir de soporte para el cultivo de células, actuando como vehículo para facilitar el transporte celular hasta la región dañada del miocardio.
Por ello, se pretende encontrar un biomaterial que pueda ser implantado en el corazón, que sea biocompatible y que proporcione un contacto adecuado biomaterial-corazón.
Por otro lado, en este trabajo se aborda el problema de las personas que sufren quemaduras en casi la totalidad de su superficie corporal y se plantea una posible solución a nivel quirúrgico y de regeneración dérmica. En las quemaduras de espesor completo y en las de espesor parcial profundas, el proceso de cicatrización se desarrolla en fases sucesivas: eliminación del tejido necrosado espontánea o quirúrgicamente, regeneración del tejido conjuntivo-vascular y la re-epitelización espontánea o por colocación de un autoinjerto cutáneo. La escisión de la quemadura tiene la ventaja del cierre inmediato y definitivo de la herida con la incorporación en el mismo acto operatorio de un autoinjerto de piel. Pero el problema se agrava cuando no es posible el cierre primario por escasez de sitios donadores. Esto ocurre en pacientes con quemaduras masivas, en quienes se hace necesario cubrir las heridas tras el desbridamiento quirúrgico.
Para solucionar este problema se han desarrollado una serie de coberturas de las heridas que, por su composición, pueden ser biológicas, semi-sintéticas o sintéticas y pueden tener una función de cobertura temporal o definitiva. Hasta el momento, ninguna de estas coberturas supera las propiedades que la propia piel del paciente otorga. Desgraciadamente, ésta no está siempre disponible en cantidad suficiente y por ello resulta necesario encontrar alternativas.
El presente trabajo de investigación consiste en mejorar una estructura llamada equivalente dérmico (ED) que se forma a partir del cultivo de queratinocitos y fibroblastos del propio paciente. Aunque el ED funciona como cobertura definitiva, presenta varios inconvenientes: un tiempo elevado para su síntesis, fragilidad en cuanto a su manejo, bajo porcentaje de supervivencia en el lecho del paciente y un alto coste. Por ello, se pretende encontrar un biomaterial que sirva de soporte al ED generado in vitro, con el objetivo de favorecer la supervivencia y proliferación de los queratinocitos y fibroblastos obtenidos del propio paciente y que le proporcione la consistencia adecuada para facilitar su manejo en el acto quirúrgico.
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