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Asistimos a una explosión del consumo sin precedentes, hasta el punto de que ésta, la sociedad en que vivimos, es descrita como la sociedad de consumo. Los límites del crecimiento, la finitud de los recursos y la puesta en boga del término “desarrollo sostenible”, convergen en la insostenibilidad del modelo actual de consumo. “Consumo sostenible” y “consumo ético” forman ya parte de la retórica de las autoridades y de los discursos del movimiento ecologista y otros grupos en la sociedad civil, aunque la definición del concepto de consumo sostenible no deja de ser ambigua. La difusión de productos publicitados como de escaso impacto socioambiental –con la consiguiente consolidación de la “industria verde” y el “consumismo verde”-, no hace sino añadir más confusión. La ciudadanía se ve instada, desde diversos ámbitos, a la actuación responsable y sostenible en el consumo. Así, se habla ya de ciudadanos-consumidores.
Esta comunicación abordará el concepto de consumo sostenible y su relación con el consumismo verde desde la perspectiva de la ciudadanía, reflexionando acerca del significado que adquiere la ciudadanía en la controversia sobre consumo y sostenibilidad. Se examinarán los argumentos que aconsejan la asociación ciudadano-consumidor y los problemas que entraña, tanto para el propio concepto de ciudadanía como para la ecología política. Finalmente, aunque contemplando los inconvenientes y partiendo de ellos para una posible reformulación, se sugerirán algunas soluciones conciliadoras que apuestan por la asociación de ambos conceptos, estableciendo el nexo en la democratización políticoeconómica y en la lucha por la igualdad social.
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