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La denominada economía colaborativa está instalándose paulatinamente en la sociedad como un nuevo modelo económico, social, cultural e inclusive legal, fomentado por un cambio en múltiples valores y por las nefastas consecuencias de la crisis económica. También, las tecnologías de la información y la comunicación y la aparición de redes sociales son factores que han facultado la creación de nuevas formas de satisfacer las necesidades de las personas. Es un hecho que la economía colaborativa ha llegado con fuerza, con anhelos de cambiar muchas cosas y todo parece señalar que nos encontramos frente a un fenómeno destinado a persistir y a ampliar sus horizontes. No obstante, es importante no considerarla como una sustituta al sistema actual sino como un complemento que brinda más oportunidades y normaliza los modelos del consumo. Esta imparable economía se ha propagado a materias como el alquiler de viviendas, viajes, transportes o finanzas, entre otros muchos sectores. Estamos siendo testigos de un hecho patente con una justificación, el capitalismo sin control. Dicha realidad puede ser una solución a una recesión económica, puesto que permite el intercambio en casos de necesidad. Es la complementación favorable desde un enfoque renovador, económico, social y ecológico. El objetivo principal de este trabajo es ver en qué se ha convertido este nuevo movimiento en la actualidad y sus viables potencialidades.
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