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Tener pareja ha sido, y es, una de las experiencias normativas por la que pasamos la mayoría de los seres humanos, además de suponer la forma más común de formar una familia. La importancia del grupo familiar es indiscutible, sin importar contextos y culturas, puesto que cumple funciones fundamentales para la supervivencia y bienestar de sus miembros, facilitando la continuidad de futuras generaciones y, permitiendo así, la transmisión de normas culturales, creencias, valores y costumbres. Sabido es que la vida es cambio y evolución, lo que aplicado a estos dos dominios ha supuesto que en pocas décadas estas estructuras sociales hayan conocido rápidas y profundas transformaciones, las cuales han cogido desprevenida a la población, en general. Una prueba de ello la proporcionan, tanto las cifras de rupturas en el ámbito conyugal, como los bajos índices de natalidad que, en los últimos tiempos, se constituyen como verdaderas señales de advertencia de peligro y síntomas de que algo no está funcionando bien en la sociedad. Es importante recordar que ambas situaciones no viajan solas, esto es, si los fracasos sentimentales extienden sus efectos nocivos sobre multitud de situaciones (la violencia de género, sin ir más lejos), tampoco puede decirse, de unas cifras de fecundidad que no garantizan el relevo generacional, que supongan buenos augurios. Aun así, ambos problemas no parecen motivar lo suficiente, tanto a la población en general, como a las autoridades, como para tomar las medidas necesarias para remediar la situación. Esta Tesis recuerda que algo similar sucedió en la década de 1980 con el fenómeno del tráfico y la seguridad vial, cuando las cifras de fallecidos y heridos en los siniestros ocurridos en este sector se interpretaban como un peaje al desarrollo económico del país y un tributo al progreso social. Por lo tanto, esta investigación propone, por un lado, una “bisociación” y aplicar algunos de los modelos que en aquel terreno dieron resultado, al ámbito conyugal. Por otro lado, este estudio se enmarca dentro de la Psicología del Desarrollo, desde la perspectiva del Ciclo Vital, tratando de constatar los diferentes tipos de influencias del desarrollo y conceptos transicionales, que a la postre van a conformar el ciclo vital de las personas, bien como componentes del grupo familiar, bien como individuos idiosincrásicos. En base a las investigaciones de Sternberg (1989, 2000) sobre el amor en el ámbito de la pareja y el desarrollo de su Teoría Triangular, esta Tesis pretende indagar y profundizar en aquello que sucede en dicho contexto, tomando como muestra dos cohortes de parejas con relaciones de 25 y 50 años de vida conyugal. Mediante el empleo de diversos cuestionarios, siguiendo una metodología cuantitativa, se tratará de describir las cualidades personales de los consortes, así como las características de la relación que mantienen, lo que permitirá una comparación de ambos grupos y la posibilidad, entre otras, de comprobar el cumplimiento de la mencionada Teoría Triangular. Se analizarán los efectos que diversos factores, como el nivel de estudios o el número de hijos habidos en la relación, hayan podido tener en el curso vital de la relación de pareja. Los resultados indican que, tanto las medidas preventivas propuestas del sector de la seguridad vial, como la conciencia por parte de los cónyuges de que la propia relación es el punto más frágil de los distintos roles que desempeñan las personas en su día a día, podrían mejorar la situación actual. Asimismo, se comprueba que las medidas individuales no captan la realidad entre similaridad y complementariedad de los cónyuges, haciéndose necesario implementar un tratamiento de los datos que permita el análisis conjunto de las valoraciones. Este trabajo propone la fórmula “Hombre menos Mujer”: así, por ejemplo, el cero significaría que ambos consortes aportan el mismo dato. Los resultados desvelan que, por debajo del nivel de superficie de la relación de pareja existen algunas variables con un volumen de importancia relevante para la convivencia y a las que se debería prestar más atención. Parece ser que ambos sexos se enfrentan a distintas exigencias, partiendo de diferentes características o cualidades, lo que se traduce en diferentes respuestas.
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