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En las últimas décadas los tres actores que han intervenido en el hecho cinematográfico –industria, creativos y receptores– han experimentado cambios sustanciales. Todo se ha transformado, los sistemas productores, las formas de ver y hasta los soportes. En consecuencia, el séptimo arte ya no ocupa la centralidad mediática de la que gozaba tiempo atrás. Y no solo eso, sino que, desde el siglo pasado se está pronosticando la muerte del cine. No obstante, lejos de desaparecer, el séptimo arte resiste y supera los malos augurios merced a una capacidad de adaptación que inevitablemente implica una profunda transformación de su propio medio. Los trabajos que componen este libro permiten observar la potencia y vitalidad que el séptimo arte sigue manteniendo en el contexto del magma genérico de los productos audiovisuales. Al tiempo, evidencian cómo mediante la experimentación y el ingenio de los jóvenes cineastas, el cine parece estar iniciando un camino de vuelta, no tanto de regreso a los orígenes como en busca de su propia esencia diferencial, precisamente la que le está demando una sociedad saturada de productos repetitivos e interesadamente ajustados a la demanda del mercado.In the last decades the three actors that have intervened in the cinematographic event - industry, creatives and receivers - have undergone substantial changes. Everything has been transformed, production systems, ways of seeing and the supports. As a result, the seventh art no longer occupies the media centrality that enjoyed time ago. And not only that, but since the last century is predicting the death of cinema. However, far from disappearing, the seventh art resists thanks to its adaptability that inevitably implies a profound transformation of its own environment. The works that make up this book allow us to observe the power and vitality that the seventh art continues to maintain in the context of the generic magma of audiovisual products. At the same time, they show how through the experimentation and ingenuity of the young filmmakers, cinema seems to be starting a journey back, not so much back to the origins as in search of its own differential essence. This is precisely what is demanded by a society saturated with repetitive products that depend on market demand.
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