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La técnica más empleada para la restauración de la barrera cutánea en los pacientes quemados es el injerto de piel autólogo de espesor parcial. Su obtención conlleva generar un área cruenta a nivel de otra localización cutánea del mismo paciente, conocida como zona donante. Esta área cura generalmente en un período de entre 7 y 14 días mediante un proceso de cicatrización dirigida. Cuando existen grandes defectos que requieren cobertura, como es el caso de los grandes quemados en los que la extensión de la quemadura limita la disponibilidad de área donante, pueden ser necesarias varias tomas de la misma zona. Por lo tanto, la opción terapéutica global en este tipo de pacientes va a depender de su velocidad de curación.
El manejo adecuado de las heridas del área donante es de especial importancia para la reducción del tiempo de epitelización y la prevención de morbilidad, resultante del retraso en la cicatrización, las infecciones y su conversión en herida de espesor total.
El material de cobertura ideal para el manejo de la zona donante aún no se ha desarrollado y existe una amplia variabilidad en la actualidad. En nuestra institución, los estándares de manejo se basan en la utilización de apósitos tipo hidrofibra, alginato, hidrocoloide o gasas parafinadas.
Por otra parte, la utilización de plasma rico en plaquetas (PRP) autólogo y sus derivados, como el plasma rico en factores de crecimiento (PRGF), en el tratamiento de las heridas es una de las opciones terapéuticas en investigación en los últimos años. Son conocidas sus propiedades de estimulación angiogénica, de proliferación de fibroblastos y su efecto hemostático. Si bien hay algunos estudios que prueban la eficacia de su utilización en el tratamiento de heridas crónicas (como las úlceras diabéticas) y heridas agudas (como las quirúrgicas), su uso no está exento de cierta controversia. En cuanto a la aplicación en el paciente quemado y, más concretamente, el manejo de las zonas donantes, apenas si se dispone de información.
Por todo ello, se ha llevado a cabo un ensayo clínico aleatorizado y doble ciego sobre el tratamiento de las zonas donante de injerto de piel parcial autólogo (IPPA) en el paciente quemado, con el fin de analizar comparativamente el tratamiento con PRP y PRGF autólogos frente al tratamiento con apósito hidrocoloide.
Los resultados obtenidos, referentes al tiempo de cicatrización, apuntan a una mayor precocidad en las zonas tratadas con PRP o PRGF respecto al tratamiento con apósito 18 hidrocoloide [Odds ratio (OR) PRGF al 5ºdía postintervención de 1,408 p=0,542; OR PRP al 5º día postintervención de 1,86 p= 0,262; OR PRGF al 8º día postintervención 2,47 p =0,114; y OR PRP al 8º día postintervención de 3,397, esta última con p =0,036]. Respecto a la calidad de la cicatriz de la zona donante de IPPA, se obtuvieron valores inferiores en las escalas Vancouver (VSS) y escala de evaluación objetiva de paciente y observador (POSAS) en las zonas tratadas con PRP o PRGF, respecto al tratamiento con apósito hidrocoloide. No obstante, estas diferencias no resultaron estadísticamente significativas. Además, se obtuvo una menor puntuación en la escala visual analógica del dolor (EVA) en las zonas tratadas con PRP o PRGF, sin complicaciones en ninguno de los pacientes.
En conclusión, el tratamiento de la zona donante de injerto de piel parcial en el paciente quemado con PRP o PRGF proporcionó en nuestro estudio una cicatrización precoz y de mejor calidad, con mejor control del dolor y sin incremento de complicaciones, respecto al tratamiento habitual con apósito hidrocoloide.
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