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Bernardo Pérez de Chinchón es conocido, además de como traductor, por su Antialcorano y sus Diálogos Christianos. Ambas obras se insertan dentro del humanismo cristiano y, más concretamente, en la corriente erasmista española. Los dos libros, en conjunto, son un ejemplo de propuesta catequética para la conversión de musulmanes españoles. El autor conjuga los argumentos tradicionales contra el Islam desde la Edad Media con el irenismo humanístico y con la pedagogía renacentista. Esa convergencia de postulados le relaciona con J. L. Vives, que, partiendo de los mismos argumentos medievales, propone vías pacíficas de conversión y, con ellas, vías para la convivencia de religiones en la sociedad española de la primera mitad del siglo XVI. Vives, como Pérez de Chinchón, matiza el argumentario heredado con la filología y la filosofía del Renacimiento. Bernardo Pérez de Chinchón is known, as well as a translator, for his Antialcorano and his Christian Dialogues. Both works are inserted within Christian Humanism and, more specifically, within the Spanish Erasmian current. These two books, taken together, are an example of a catechetical proposal for the conversion of Spanish Muslims. For that aim, the author combines traditional arguments from the Middle Ages against Islam with humanistic irenicism and Renaissance pedagogy. This convergence of thought relates the Valencian translator to J.L. Vives, who targeted the same purpose of converting Muslims founding his arguments on the same medieval arguments. Those ways of conversion were simultaneously ways to promote the peaceful religious coexistence in the Spanish society in the first half of the XVI century. Vives, like Pérez de Chinchón, combined the inherited medieval arguments with the postulates of the Renaissance philology and philosophy.
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