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[The maiden, the dragon and the holy arm: myth and miracles of a relic of St. John found in Constantinople by travellers from the Embassy to Tamorlan (1403)]. In 1403, the travellers of the so-called Embassy to Tamorlan [Embajada a Tamorlán], which was one of the main diplomatic contacts between a European kingdom and the Mongol Empire, visited Constantinople. They found the relic of the arm and right hand of Saint John in the monastery of Saint Mary Periblyptos, The absence of a finger in the hand of the relic is justified by the monks through a legend that is told to the ambassadors. In this legend a devastating dragon of a kingdom appears, and the salvation of a maiden who had to be offered in sacrifice, as well. It is a legend similar to the well-known one of Saint George and those of other protective saints. However, the legend told here introduces novel ingredients (such as the holy finger used as lethal bait to kill the dragon), which we only find in the accounts of some possible mythical (Perseus, Bellerophon) and biblical (Daniel) backgrounds. We can only find them in later versions of legends and folk tales on the same theme about the hero who kills the dragon, serpent or lizard, using an ingenious trick (in the text of the Embassy, miraculous object).El año 1403, los viajeros de la llamada Embajada a Tamorlán, una de las principales empresas diplomáticas medievales de contacto de un reino europeo con el imperio mongol, recalaron en Constantinopla. En el monasterio de Santa María Períbleptos, les mostraron la reliquia del brazo y mano derecha de san Juan Bautista. La ausencia de un dedo en la mano de la reliquia es justificada en el texto a través de una leyenda que se les cuenta a los embajadores, en la que intervienen un dragón arrasador de un reino y la salvación de una doncella que tenía que ser ofrecida en sacrificio, leyenda semejante a la bien conocida de san Jorge y a las de otros santos protectores. Sin embargo, la leyenda contada aquí introduce ingredientes novedosos (como el del dedo santo utilizado como cebo letal para matar al dragón), que sólo encontramos en los relatos de algunos posibles antecedentes míticos (Perseo, Belerofonte) y bíblicos (Daniel), y también en versiones posteriores de leyendas y cuentos folclóricos sobre el mismo tema del héroe que mata al dragón, serpiente o lagarto, valiéndose de una artimaña ingeniosa (en el texto de la Embajada, objeto milagroso).
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