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Esta tesis doctoral constituye una aproximación al periodo que transcurre entre 1810 y 1824 en México a partir de la perspectiva contrarrevolucionaria y antiliberal. El estudio de aquellas manifestaciones políticas y culturales que se opusieron al proceso revolucionario no ha ocupado generalmente un lugar destacado entre las preocupaciones historiográficas de quienes se han interesados por dicha etapa. La investigación que presento pretende empezar a cubrir esa laguna aportando elementos nuevos para el debate. Se parte de una concepción del problema en el que la contrarrevolución y el antiliberalismo se insertan en el transcurso histórico mencionado como elementos copartícipes del cambio que supuso la revolución, entendida como la partera de la gran transformación que entonces se opera en la cultura política occidental, y con ella tanto en un pensamiento y en una forma de actuar como en el otro. Esa valoración, ese sentido de punto de arranque de nuestra contemporaneidad, debe hacerse sin teleologismos, teniendo en cuenta la manera en que dichos componentes se condicionan o determinan de manera recíproca. Los capítulos que conforman el trabajo se organizan de manera diacrónica para un análisis que se plantea en términos sincrónicos. En la primera parte se atiende a las respuestas que suscitaron la reunión de las Cortes de Cádiz, la Constitución que estas sancionaron y el estallido del movimiento insurgente a partir de septiembre de 1810. La segunda da cuenta de los componentes que integraron la construcción ideológica que supuso la restauración del absolutismo tras el golpe reaccionario protagonizado por Fernando VII en mayo de 1814. La tercera responde a los desafíos que supuso el inicio del segundo periodo constitucional en 1820 y la manera en que se plantearon nuevos y novedosos proyectos de independencia en un sentido contrarrevolucionario. Finalmente, una última parte aborda el periodo del primer Imperio explorando algunas de las propuestas que entonces se formularon para tratar de revertir las transformaciones introducidas en México por el liberalismo revolucionario. El estudio se realiza atendiendo al contexto peninsular, asumiendo la necesidad de encuadrar la dialéctica contrarrevolucionaria dentro del amplio espacio euroamericano.This doctoral thesis constitutes an approximation to the period 1810-1824 in Mexico from the counterrevolutionary and anti-liberal perspective. This approach has not generally occupied a prominent place in historiography. That is the reason why our study wants to start covering that gap by providing new elements for the debate. We understand that the counterrevolution and anti-liberalism are a part of the revolutionary process. At that time the great transformation of Western political culture is underway. That assessment, that sense of starting point of our contemporaneity, must be done taking into account the way in which all these components are conditioned or determined in a reciprocal way. The thesis consists of nine chapters grouped into four parts. In the first, we study the reactions to the meeting of the Cortes of Cádiz, the Constitution that they sanctioned and the outbreak of the insurgent movement from September 1810. The second one explain the components that integrated the ideological construction that supposed the restoration of the absolutism after the coup d'état carried out by Fernando VII in May of 1814. The third part examines the challenges that led to the start of the second constitutional period in 1820. In addition, we pay attention to the new projects of independence in a counterrevolutionary sense. Finally, one last part deals with the period of the first Mexican Empire. In that we approach the proposals that sought to reverse the effects of revolutionary liberalism. In general terms, the study is carried out according to the peninsular context, assuming the need to integrate the counterrevolutionary dialectic within the Euro-American space.
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