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El principal reto en la patología de la vía aérea, tanto benigna como maligna es la limitación en la cantidad de tejido que puede ser resecado pudiendo lograr una restitución de la misma con seguridad, suponiendo esta una limitación absoluta para el tratamiento de gran cantidad de indicaciones que en nuestros días siguen sin una terapéutica efectiva. En el presente trabajo proponemos la sustitución de segmentos afectos de tráquea por injertos descelularizados de donante cadáver.
Para ello, en modelo lagomorfo, a partir de tráqueas provenientes de animales control de otros estudios, se procede a su descelularización mediante el sometimiento a ciclos de exposición a detergentes (SDS), choques osmóticos y agitación más -en la mitad de los casos-, inmersión en suero fetal bovino y DMSO y su criogenización y criopreservación. Necesitaremos igualmente un injerto estéril, para lo cual se ha estudiado la irradiación gamma a distintas dosis, determinando aquella que con la mínima agresión consiga la esterilidad.
En todo momento hemos tomado como control las características de la tráquea nativa, que es a lo que aspiramos en todo momento; a conseguir un sustituto análogo al del propio animal. Así, se ha realizado el estudio histomorfológico (mediante observación con distintas tinciones por microscopía óptica, microscopía electrónica, inmunohistoquimia, y contabilización de DNA), microbiológico (en medios de cultivos marcados, microscopía electrónica y contaje de RNA bacteriano) y biomecánico (tanto de las características radiales como longitudinales).
En un primer momento, se determina la prótesis tipo stent idónea para la realización del procedimiento mediante el implante de dos tipos distintos de la misma (silicona y PVC), objetivando la menor lesividad, y por tanto seleccionando, las prótesis de PVC. Se realiza pues el trasplante heterotópico para su prelaminación de una tráquea descelularizada con procedimiento sin criogenización y otra con criogenización con su respectivos stents en cada animal, en un colgajo fasciovascular bilateralmente. Se mantienen los animales con el implante, para su estudio a corto, medio y largo plazo, durante 2, 4, 8 y 12 semanas.
Los resultados demuestran una merma en las cualidades biomecánicas secundaria al proceso de descelularización y esterilización, pero que revierte igualando las de las tráqueas nativas a partir de las 8 semanas, y manteniéndose a las 12. De forma paralela a esto, la celularidad inflamatoria se observa cómo desde una inflamación inicial, va disminuyendo para alcanzar igualmente el mínimo a las 8 semanas y mantenerse a las 12. En lo que respecta a la celularidad, sólo se produce un repunte tardío y es en los macrófagos, y sobre todo en las tráqueas criogenizadas, siendo estos macrófagos no inflamatorios, sino tipo M2 o regenerativos.
De esta manera, podemos concluir con el presente trabajo que la obtención de un sustituto traqueal a partir de órganos descelularizados y su criopreservación es factible, bien tolerado por el receptor y que consigue alcanzar características prácticamente análogas a las de una tráquea nativa.
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