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Ferrando Bagán, Balbina
Sanfélix Vidarte, Vicente (dir.); Junqueira Smith, Plínio (dir.) Departament de Filosofia |
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Aquest document és un/a tesi, creat/da en: 2019 | |
El presente trabajo expone los rasgos escépticos que encontramos en la filosofía del primer Wittgenstein. La constatación de dichos rasgos no implica, en cualquier caso, que esta no posea también filiaciones con otras posiciones filosóficas (de hecho, creemos que obviamente las tiene). El Tractatus Logico-Philosophicus es una obra muy compleja y difícilmente puede adscribirse a una única corriente de pensamiento. Como muestra, a lo largo de este escrito se han tratado sus conexiones con pensadores tan diversos como Kant, Weininger, Hertz, Russell o Mauthner. No defendemos, por tanto, que nos hallemos ante un tratado puramente escéptico.
El discurso en torno al escepticismo de la filosofía wittgensteiniana suele centrarse en su periodo de madurez. Como veíamos, en este trabajo reivindicamos los rasgos escépticos de su primera filosofía. Para ello, comenzamos por un primer capítulo en ...
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El presente trabajo expone los rasgos escépticos que encontramos en la filosofía del primer Wittgenstein. La constatación de dichos rasgos no implica, en cualquier caso, que esta no posea también filiaciones con otras posiciones filosóficas (de hecho, creemos que obviamente las tiene). El Tractatus Logico-Philosophicus es una obra muy compleja y difícilmente puede adscribirse a una única corriente de pensamiento. Como muestra, a lo largo de este escrito se han tratado sus conexiones con pensadores tan diversos como Kant, Weininger, Hertz, Russell o Mauthner. No defendemos, por tanto, que nos hallemos ante un tratado puramente escéptico.
El discurso en torno al escepticismo de la filosofía wittgensteiniana suele centrarse en su periodo de madurez. Como veíamos, en este trabajo reivindicamos los rasgos escépticos de su primera filosofía. Para ello, comenzamos por un primer capítulo en el que perfilamos las diferentes lecturas generales que se han llevado a cabo sobre ella y los (pocos) artículos que se han ocupado de sus rasgos escépticos. Sirve, pues, como un mapa sobre el que situar nuestra lectura y muestra también cuán poco se ha meditado sobre el asunto que nos ocupa.
En el segundo capítulo reflexionamos en torno a la propia noción de escepticismo tal y como aparece en el Tractatus, centrándonos en la única vez que lo nombra, el epígrafe 6.51. Proponemos interpretarla de un modo positivo, esto es, sin dar por sentado que Wittgenstein la rechaza y que, por tanto, su filosofía tendría un fuerte carácter antiescéptico. Concluimos, tras esto, que de la afirmación tractariana que tilda el escepticismo de absurdo (TLP, 6.51) no se sigue que el Tractatus no pueda poseer rasgos escépticos.
En el tercer capítulo comenzamos ya a exponer los rasgos escépticos de la filosofía del Tractatus, en este caso en lo relativo al ámbito de la ciencia. El capítulo está dividido en dos secciones. En la primera reflexionamos acerca del estatuto epistémico de la ciencia. Defendemos que en el Tractatus se sostiene la existencia de dos tipos de leyes científicas, cuyos paradigmas son: la ley de inducción y la de causalidad. Los principios que se corresponden a la ley de inducción no son absolutamente verdaderos, solo podemos saber su verdad a posteriori, lo que se traduce en una posición escéptica respecto del principio de inducción. Los del segundo tipo son absolutamente verdaderos y, por tanto, vacuos, lo que significa que no dicen nada acerca del mundo. Estos serían los rasgos escépticos del estatuto epistémico de la ciencia en el Tractatus.
Este tercer capítulo posee una segunda sección en la que tratamos acerca del valor cultural de la ciencia en el Tractatus, estableciendo para ello las relaciones entre esta obra y el pensamiento de Weininger. Desarrollamos cómo, para ambos pensadores, la ciencia posee limitaciones explicativas respecto a ciertas dimensiones del sujeto. Su afán de universalidad es, pues, infundado. El Tractatus mostraría, así, las limitaciones esenciales de todo conocimiento verdadero que, desde la modernidad, se ha constituido en ciencia.
En el cuarto capítulo tratamos acerca del ámbito del valor en el Tractatus, que engloba a la ética, la estética y la religión. Tras la explicación detallada de este concluimos que posee marcados rasgos escépticos, fundamentalmente en relación a la ética, a saber, esta es: subjetiva, no cognitiva, antirealista y antinaturalista.
El quinto capítulo trata de la distinción, fundamental en el Tractatus, entre decir y mostrar. Es mediante ésta que se llega a la afirmación de que la filosofía se compone de proposiciones que no dicen pero sí muestran. El estatuto de estas proposiciones nos lleva a una conclusión escéptica: no existe un criterio racional para escoger entre distintas filosofías. Aparece, pues, una consecuencia similar a la que se daba en el ámbito ético.
Al sexto capítulo le corresponde el tratamiento del solipsismo. Tras una descripción de este, exponemos la diferencia entre el sujeto psicológico (comprendido al modo humeano) y el sujeto trascendental en el Tractatus. El sujeto del solipsismo es trascendental, y es un sujeto que, a la postre, carece de toda entidad, lo que condena al sinsentido a todas las afirmaciones esencializantes que se intenten decir sobre él. Así, el sujeto racional moderno no ocupará un lugar destacado en el Tractatus. En su lugar encontramos: un sujeto psicológico que no es más que un haz de percepciones y un vacío sujeto trascendental. Observamos, pues, rasgos marcadamente escépticos en la noción tractariana de sujeto.
Por último, en el capítulo séptimo tratamos la cuestión de la metafilosofía en el Tractatus y sus conexiones con el pirronismo.
Así pues, a lo largo de nuestro trabajo reflexionamos en torno al estatuto de la cuestión del escepticismo en el Tractatus e indicamos los rasgos escépticos que encontramos en esta obra. Estos rasgos se dan con respecto a: el ámbito científico, el ámbito místico, la distinción entre decir y mostrar, el solipsismo y la metafilosofía. Mostramos así cómo se puede afirmar que el Tractatus posee posicionamientos de cariz escéptico respecto de todas estas cuestiones. Esto ayuda a una mejor comprensión de ciertos aspectos de la filosofía del primer Wittgenstein y permite corregir algunas interpretaciones que vieron en el Tractatus, quizás debido a su estilo aforístico, un libro con implicaciones pura y profundamente dogmáticas (esto es, asentando un sistema de verdades sustanciales y absolutas acerca del lenguaje, del mundo y del sujeto).The present research exposes the sceptical features of the early Wittgenstein’s philosophy. However, highlighting these features does not deny the presence of other philosophical positions (in fact, these other affiliations surely exist). The Tractatus Logico-Philosophicus is a very complex work which can’t be circumscribed to a single philosophical movement. That’s the reason why links with such different thinkers as Kant, Weininger, Hertz, Russell or Mauthner can be established. And therefore, we cannot defend that are facing a purely sceptical treatise.
Reflections about the scepticism in Wittgenstein’s philosophy often focus on his late period. However, our work stresses the sceptical features in the early Wittgenstein’s philosophy. For that purpose, the first chapter profiles the main general interpretations about it, and the few articles which focus on the sceptical features. It works like a map to place our reading as well as to show how underestimated this subject frequently is.
The second chapter is a reflection about the concept of scepticism as it appears in the Tractatus, focusing on the only time this concept is mentioned: the proposition 6.51. A positive interpretation of the concept of scepticism is suggested: Wittgenstein would not reject it and his philosophy claims would not be necessarily antisceptical. Therefore, tractarian proposition 6.51 –“Scepticism is not irrefutable, but obviously nonsensical, when it tries to raise doubts where no questions can be asked”- does not involve Tractatus could not have sceptical features.
On the third chapter, the exposition of sceptical features on Tractatus’ philosophy starts, in relation to science. This chapter is divided into two sections. The first one is a critical reflection about the epistemic status of science. We argue that the existence of two kinds of scientific laws can be found in Tractatus, representing both the law of induction and the law of causality. The law of induction comprises a number of principles that can only be confirmed a posteriori, they are not valid per se. By contrast, the law of causality’s principles are absolutely reliable, necessary, thus empty. They cannot provide any real information about the world. These are the sceptical features of the epistemic status of science in the Tractatus.
The latter section of third chapter addresses the cultural value of science in the Tractatus, connecting it with Weininger’s thought. Both authors claim science finds itself limited when explaining some dimensions of the subject. Therefore, the universality ambition of science is unfounded. Tractatus shows the essential limitations of all that knowledge that since the Enlightenment has been named Science.
The fourth chapter explains the ethics in the Tractatus. Through this explanation, some sceptical features are concluded, namely, we find ethics to be: subjective, non-cognitive, anti-realistic and anti-naturalistic.
The fifth chapter ponders over the distinction between saying and showing in the Tractatus. Wittgenstein claims nothing can be properly said in philosophy (“4.112. Philosophy does not result in ‘philosophical propositions’, but rather in the clarification of propositions”). Philosophical propositions say nothing; but quite the opposite, they show something. The statute of philosophical propositions entails an important sceptical conclusion: it does not exist a rational criterion in order to choose between different philosophies.
The sixth chapter presents the Tractarian solipsism. In the Tractatus, Wittgenstein distinguishes between the psychological and the metaphysical subject. The psychological subject is, as Hume had claimed, 'a bundle of perceptions' without unity or cohesive quality. The methaphysical subject is the philosophical self, the solipsistic self. It is transcendental and it is totally empty (it lacks entity). Because of that, every essentializing statement about it is necessarily nonsense. Thus, the rational Self of the Enlightenment does not have a prominent role in the Tractatus. Instead of that, there are a psychological subject (a simple bundle of perceptions) and an empty methaphysical subject. In short, the tractarian notion of the self has noticeable sceptical features.
Finally, the seventh chapter connects the tractarian metaphilosophy with Pyrrhonism.
In conclusion, the reflection about the scepticism of the Wittgensteinian philosophy usually focuses on its period of maturity. However, in this work we will vindicate the sceptical features shown on his first philosophy. This research was necessary given the absence of bibliography (as it is shown in the first chapter). This contribution tries to mitigate as much as possible that lack and, by this means, it tries to open up space for debate. Throughout our work, we try to mull over the status of the topic of scepticism in the Tractatus and point the sceptical features which are found in it. These features are related to: the scientific field, the mystical realm, the distinction between saying and showing, the solipsism and the metaphilosophy. In this way, it is shown how it can be said that the Tractatus has sceptical positions regarding all these issues.
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