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El torque teno virus (TTV), es un virus de pequeño tamaño de ADN de cadena sencilla, desnudo y capsulado perteneciente a la familia Anelloviridae con una prevalencia aproximada del 95% independiente del sexo y del estado socioeconómico y cuya carga plasmática está relacionada con la funcionalidad del sistema inmune y por tanto puede ser útil para evaluar el riesgo de eventos adversos relacionados con la inmunosupresión.
El efecto del acondicionamiento sobre la ADNemia de TTV en pacientes sometidos a trasplante alogénico de precursores hematopoyéticos (alo-TPH) ocasiona un descenso de las cargas del virus que se ve acompañado por un descenso paralelo del recuento absoluto de linfocitos. Tras el injerto la ADNemia de TTV se incrementa progresivamente hasta el día +90 postrasplante, siendo mayor este incremento en los pacientes con enfermedad de injerto contra huésped severa (EICHa). El incremento de la ADNemia de TTV inmediatamente tras el injerto puede comportarse como marcador subrogado de reconstitución inmune y en el periodo tardío (> 100 días post-TPH) como marcador de inmunosupresión. Observamos que la media del área bajo la curva (AUC) de valores plasmáticos de ADN de TTV comprendidos entre el día +20 y +30 postrasplante era menor en aquellos pacientes que posteriormente sufrieron un episodio de ADNemia por CMV tributario de tratamiento antiviral asociado probablemente a una menor reconstitución linfocitaria T CMV específica.
Evaluamos el comportamiento cinético de las cargas de ADN de TTV en la saliva y observamos que la media de las cargas en saliva fue significativamente mayor que en plasma (P<0,001) y que existía una correlación entre la carga de ADN de TTV en plasma y saliva que, aunque modesta (r=0,507), fue claramente significativa.
Por último, monitorizamos la DNAemia de TTV el paciente trasplantado de riñón para la predicción de infecciones, complicaciones relacionadas con la inmunosupresión (iRAE) y rechazo del órgano trasplantado. Observamos que, en el primer mes tras el trasplante, la ADNemia de TTV era superior en los pacientes que posteriormente sufrían una infección postraspante o una iRAE respecto a los pacientes que no sufrían este efecto adverso (P=0,023 y P=0,009 respectivamente). Observamos también que el pico de la carga de TTV era superior tanto en el mes tres (P = 0,007) como en el mes seis (P =0,012) en ambos grupos.
En conclusión, en el alo-TPH la carga de TTV en plasma parece comportarse como un marcador subrogado de reconstitución inmunitaria tras el injerto. Sin embargo, una vez alcanzado el estado de equilibrio dinámico (aproximadamente 90 días después de alo-TPH), la carga de TTV podría reflejar el estado neto de inmunosupresión de los pacientes. En el trasplante renal, del mismo modo, la cinética de ADN de TTV puede ser un marcador útil para predecir, no solo el desarrollo de infecciones postrasplante sino también otros eventos adversos atribuibles a la inmunosupresión en estos pacientes.
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