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Escorihuela García, Vicente
Morant Ventura, Antonio (dir.); Marco Algarra, Jaime (dir.) Departament de Cirurgia |
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Aquest document és un/a tesi, creat/da en: 2020 | |
Introducción
El diagnóstico precoz de las enfermedades supone el primer elemento para llegar a un tratamiento eficaz. Esta actuación es mucho más determinante en los casos de hipoacusia en recién nacidos/as, dada la estrecha relación existente entre audición y lenguaje. En realidad, sólo disponemos de los primeros cinco o seis años para evitar que las pérdidas de audición tengan efectos permanentes en el desarrollo de ese lenguaje. Esto es debido al período crítico de aprendizaje, en el cual quedan selladas las características morfológicas y funcionales de las áreas corticales del lenguaje. Realizar una detección precoz de los problemas auditivos permite llevar a cabo el tratamiento lo antes posible para que así, el/la niño/a, desarrolle de forma completa y satisfactoria sus habilidades socio-lingüísticas.
Objetivo
La finalidad de este trabajo es demostrar, no sólo que la instau...
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Introducción
El diagnóstico precoz de las enfermedades supone el primer elemento para llegar a un tratamiento eficaz. Esta actuación es mucho más determinante en los casos de hipoacusia en recién nacidos/as, dada la estrecha relación existente entre audición y lenguaje. En realidad, sólo disponemos de los primeros cinco o seis años para evitar que las pérdidas de audición tengan efectos permanentes en el desarrollo de ese lenguaje. Esto es debido al período crítico de aprendizaje, en el cual quedan selladas las características morfológicas y funcionales de las áreas corticales del lenguaje. Realizar una detección precoz de los problemas auditivos permite llevar a cabo el tratamiento lo antes posible para que así, el/la niño/a, desarrolle de forma completa y satisfactoria sus habilidades socio-lingüísticas.
Objetivo
La finalidad de este trabajo es demostrar, no sólo que la instauración de un tratamiento frente a la hipoacusia infantil ha de ser precoz, sino que éste debe ser el más eficaz para combatirla. Debemos asegurar que, entre las distintas modalidades terapéuticas que disponemos hoy en día, no existen diferencias significativas en la adquisición de las capacidades auditivas necesarias para que estos/as niños/as consigan un desarrollo del lenguaje y unas condiciones cognitivas y sociales equiparables a las que poseen los/as niños/as normo-oyentes. Y, en el caso que existan estas diferencias, debemos ser conscientes de las mismas para escoger la modalidad terapéutica que mejores resultados vaya a proporcionar.
Material y métodos
Presentamos un estudio observacional, longitudinal y retrospectivo que incluye a todos/as los/as niños/as procedentes del programa de screening desde el año 1999 hasta el 2013 diagnosticados de hipoacusia severo-profunda bilateral e implantados antes de los 6 años. Dividimos la muestra en tres grupos: los/las implantados/as unilateralmente, los/las usuarios/as de una estimulación bimodal (mediante un implante coclear unilateral y una prótesis auditiva contralateral) y los/as sometidos/as a una implantación coclear bilateral. Se analizan, desde los seis meses post-implantación, de forma anual, hasta los cinco años post-cirugía, los resultados que obtienen estos tres grupos en la audiometría tonal en campo libre, determinando los umbrales de audición, en las pruebas verbales, detectando los niveles de inteligibilidad y en los test de IT-Mais (comprensión), Nottingham (discriminación) y LittlEars (correlación cronológica). También se comparan los resultados en esta batería de pruebas diviendo la muestra según la edad, en menores de 2 años y los/las de edad comprendida entre los 2 y 6 años.
Resultados
Los/as niños/as sometidos/as a implantación coclear única, estimulación bimodal o implantación coclear bilateral de forma más precoz, han obtenido mejores resultados en las pruebas tonales y verbales respecto a los/las niños/as implantados/as más tardíamente en cada una de estas modalidades. Además, se confirma que en todas las pruebas auditivas realizadas e independientemente de la edad, la implantación coclear única de un oído, sin ayuda de prótesis auditiva en el contralateral, se ve ampliamente superada por la estimulación bilateral con sendos implantes cocleares o con audífono más implante coclear. Por último, la implantación coclear bilateral ha demostrado ser la opción con resultados estadísticamente superiores, tanto en la audiometría tonal como en las pruebas verbales, en el grupo de niños/as de edades comprendidas entre los dos y los seis años. En el caso de los menores de dos años, la implantación coclear bilateral solo ha podido confirmar su superioridad frente a la estimulación bimodal en las pruebas verbales a partir del tercer año tras la implantación.
Conclusión
Ante un/a niño/a con hipoacusia severo-profunda bilateral debemos abogar siempre por la implantación coclear bilateral lo más temprana posible, logrando, con ello, un desarrollo de las funciones auditivas y del lenguaje idéntico al de los normoyentes y que permitirá a esa criatura adaptarse a su entorno social de forma exitosa, hecho que no se puede asegurar con ninguno de los otros dos tipos de estimulación auditiva.Introduction
The early diagnosis of diseases is the first element to reach an effective treatment. This performance is much more decisive in cases of hearing loss in newborns, given the close relationship between hearing and language. In reality, we only have the first five or six years to prevent hearing loss from having permanent effects on the development of that language. This is due to the critical period of learning, in which the morphological and functional characteristics of the cortical areas of language are sealed. Performing an early detection of hearing problems allows the treatment to be carried out as soon as possible so the children can develop their socio-linguistic skills in a successful way.
Objective
The purpose of this work is to demonstrate that the establishment of a treatment against children's hearing loss has to be early and, above all, the most effective one. We must ensure that among the different therapeutic modalities we have today, there are no significant differences in the acquisition of the listening skills necessary for these children to achieve language development and cognitive and social conditions comparable to those children that have a normal hearing. If therefore these differences should exist, we must be aware of them in order to choose the therapeutic modality that will provide the best results.
Material and methods
We present an observational, longitudinal and retrospective study that includes all children from the screening program from 1999 to 2013 diagnosed with bilateral severe-profound hearing loss and implanted before 6 years of age. We divided the sample into three groups: unilaterally implanted, users of bimodal stimulation (with a cochlear implant and a contralateral hearing aid) and bilaterally implanted. The results obtained by these three groups in the tonal audiometry, in the verbal tests and in the IT-Mais (comprehension), Nottingham (discrimination) and LittlEars (chronological correlation) tests are analyzed from the six months post-implantation up to the five years post-surgery. The results are also compared according to the age (those who underwent the surgery before the first 2 years and those who did it between the age of 2 and 6).
Results
Children undergoing single cochlear implantation, bimodal stimulation or bilateral cochlear implantation at an early age have obtained better results in tone and verbal tests compared to those who got the implant later. In addition, the single cochlear implantation is greatly surpassed by bilateral stimulation and by bilateral implantation in all the evaluated tests. Finally, bilateral cochlear implantation has proven to be the best option, with statistically superior results in the group of children aged between two and six years. When it comes to children under two years, bilateral cochlear implantation has only been able to confirm their superiority over bimodal stimulation in verbal tests from the third year after the implantation.
Conclusion
We must always advocate bilateral cochlear implantation as early as possible in a child with a bilateral severe-profound hearing loss, achieving a development of auditory and language functions that will allow this child to successfully adapt to its social environment. This fact cannot be assured with neither of the other two types of auditory stimulations.
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