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Las inversiones extranjeras han fluido como nunca durante las últimas décadas, en el marco de una aceptación generalizada de sus beneficios. Esta situación, sin embargo, comienza a alterarse de forma acelerada en múltiples lugares del planeta. La presencia de un entorno geoestratégico más complejo y la aproximación crítica de muchos Estados hacia la globalización y lo que ella significa, está consolidando una visión más cautelosa hacia la libre circulación de inversiones extranjeras que, entre otros efectos, se plasma en la elaboración de normativas más restrictivas. La Unión Europea es un espacio económicamente integrado, muy abierto a las inversiones extranjeras y dotado además, de una política comercial común todavía en construcción que incluye a aquellas no es ajena a estos movimientos. Un espacio en el que, sin embargo, es igualmente patente el aumento del recurso a los mecanismos de screening de las inversiones extranjeras, constituyendo un síntoma adicional del momento de cambio que vive el Derecho de las inversiones internacionales, en un contexto de creciente cautela respecto de ellas. La pandemia del covid-19, con sus devastadores efectos económicos y sociales, introduce un elemento de tensión adicional a la materia en la ue. La necesidad de preservar sectores estratégicos de la economía europea choca con el principio de libre circulación de inversiones extranjeras que ha caracterizado a la Unión desde sus inicios, planteando dudas y premoniciones, sobre el futuro que viene. O que, quizás, ya está aquí. International investment flows have grown steadily since 1990, among a global acceptance of their benefits. However, this situation is changing sharply. Globalization and foreign investment are under siege, and a more cautious approach to both of them is ascertainable in many places. Among other consequences, this leads to the enactment of more restrictive regulations towards them. The European Union is an economically integrated space, extremely open to foreign investment. Since 2009, the Common Commercial Policy embodies foreign direct investment. Nevertheless, the consolidation of this new policy coexists with the development of screening mechanisms of foreign investment on national security grounds. Some European countries have developed them, and the European Union, itself, also enacted a Regulation on this topic in March 2019. The covid-19 pandemic, with its devastating economic and social effects, introduces an additional element of tension in this topic in the eu. The need to preserve strategic sectors of the European economy collides with the principle of free movement of foreign investment that has characterized the Union since its inception, raising doubts and premonitions about the future to come on this area A future, that, perhaps, is already here.
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