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El cáncer de próstata es la segunda neoplasia más frecuente y la quinta causa de muerte por cáncer en varones. Desde la introducción del antígeno prostático específico (PSA) en 1979 hemos vivido un aumento en la incidencia de esta neoplasia; sin embargo, el hecho de que sea un tumor con un periodo de latencia muy prolongado ha llevado a una confusión en cuanto a conveniencia del diagnóstico y tratamiento de pacientes en estadios tempranos.
Clásicamente, ninguna de las sociedades de Urología europeas ni americanas han recomendado el screening de cáncer de próstata dejando a criterio del clínico el diagnóstico precoz oportunista del mismo, hasta el punto que la United States Preventive Services Task Force (USPTF), allá por el año 2008, desaconsejara el uso del PSA para el diagnóstico de esta patología. Esta recomendación, en su contra, llevó a un aumento en la incidencia de cáncer de próstata metastásico y, consecuentemente, de su mortalidad.
En el año 2019, a la vista de estos resultados, y de la nueva evidencia científica procedente de uno de los ensayos cínicos de mayor impacto, en el que se observó una reducción significativa de la mortalidad específica por enfermedad y de los NNT y NND, la Asociación Europea de Urología (EAU) lanzó una publicación en la que por primera vez aconsejaba el screening de cáncer de próstata.
En este escenario de confusión hemos detectado una variabilidad muy alta en la práctica de Atención Primaria en cuanto al enfoque del screening y del cribado precoz oportunista. Nuestro objetivo es arrojar luz a esta problemática que afecta a uno de las neoplasias más importantes en el varón desde hace décadas identificando las principales barreras que encuentran los médicos de Atención Primaria en la sistematización del screening y las áreas de mejora que faciliten el traslado de las recomendaciones a la práctica clínica actual.
La eficacia de las medidas que proponemos para subsanar las deficiencias observadas podría suponer un importante avance en la detección del cáncer de próstata en estadio precoz y una disminución de los diagnósticos en fase metastásica y, por tanto, en la mortalidad asociada a esta enfermedadProstate adenocarcinoma is the second cause of cancer and the fifth cause of cancer mortality in men. Since introduction of prostate specific antigen (PSA) in 1979, we’ve experienced an increase in its incidence. However, the fact that is a very long latency period tumor has led to a confusion about the convenience of its diagnosis and treatment in patients at an early stage.
Classically, any of the European or American urological associations has not recommended the screening of prostate cancer, allowing physicians take that decision according their own criteria related to the early opportunistic diagnosis, until the point that in 2008, the United States Preventive Services Task Force (USPSTF) recommended against its use. This statement led to an increase in the diagnosis of metastatic prostate cancer and, consequently, in its mortality.
In 2019, after realizing these negative outcomes and the new evidence coming from one of the most important clinical trials in this area that studies the efficacy of the screening with PSA, the European Association of Urology released a policy paper in which they recommended prostate cancer screening for the first time supported by the significant decease in mortality rates, NNS and NNT to prevent one related-disease death. In this confusing scenario we’ve detected a high variability in primary care clinical practice in relation to this problem. Our aim is to shed light on the matter and identify improving areas that make easy the transference of the recommendations to the current clinical practice. The efficacy of our measures to fix the observed deficiencies could trigger an important advance in the early detection of prostate cancer and a decrease in the metastatic diagnosis rates, and therefore in the disease-associated mortality.
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