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Crespo Gomez, Monica
Pallardó Calatayud, Federico Vicente (dir.); Cervera Montes, Manuel (dir.); Romá Mateo, Carlos (dir.) Departament de Fisiologia |
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Aquest document és un/a tesi, creat/da en: 2021 | |
La sepsis, disfunción orgánica potencialmente mortal causada por una respuesta descontrolada del huésped a la infección, va en aumento en los últimos años a nivel mundial y puede llegar a suponer el 50% de los ingresos en unidades de cuidados intensivos, siendo una las principales causas de morbimortalidad en pacientes críticos. Para lograr un diagnóstico precoz y definir una estratificación pronóstica, el clínico dispone de biomarcadores diagnósticos, y que monitorizan el tratamiento, como la procalcitonina (PCT), la proteína C reactiva (PCR) la interleukina 6 (IL-6). El estudio de nucleoproteinas y HMGB1 en sangre, resultantes del daño tisular inicial, han sido relacionadas con la patogénesis de la sepsis y se han postulado como biomarcadores de diagnóstico y pronóstico.
El fracaso renal agudo séptico puede llegar a requerir técnicas continuas de remplazo renal (TCRR), que van a p...
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La sepsis, disfunción orgánica potencialmente mortal causada por una respuesta descontrolada del huésped a la infección, va en aumento en los últimos años a nivel mundial y puede llegar a suponer el 50% de los ingresos en unidades de cuidados intensivos, siendo una las principales causas de morbimortalidad en pacientes críticos. Para lograr un diagnóstico precoz y definir una estratificación pronóstica, el clínico dispone de biomarcadores diagnósticos, y que monitorizan el tratamiento, como la procalcitonina (PCT), la proteína C reactiva (PCR) la interleukina 6 (IL-6). El estudio de nucleoproteinas y HMGB1 en sangre, resultantes del daño tisular inicial, han sido relacionadas con la patogénesis de la sepsis y se han postulado como biomarcadores de diagnóstico y pronóstico.
El fracaso renal agudo séptico puede llegar a requerir técnicas continuas de remplazo renal (TCRR), que van a permitir extraer del torrente sanguíneo moléculas inflamatorias como interleukinas entre otras.
Nuestra hipótesis de trabajo fue si las TCRR podían nucleoproteínas y HMGB1 en pacientes en shock séptico con fracaso renal agudo sometidos a TCRR durante las primeras 24 horas. El objetivo primario fue conocer la evolución de PCT, PCR, IL-6, nucleoproteínas y HMGB1. Los secundarios analizar dichos biomarcadores en función del tiempo de evolución de la sepsis y del control del foco séptico; evaluar su relación con las disfunciones orgánicas; y por último evaluar la mortalidad en función de los mismos.
Diseñamos un estudio observacional prospectivo longitudinal en el Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Dr Peset de Valencia, en el que incluimos a pacientes mayores de 18 años que cumplían criterios diagnósticos de shock séptico con terapias de remplazo renal, excluyendo pacientes inmunodeprimidos politraumatizados con neoplasias y con insuficiencia renal crónica previa. Definimos distintos tiempos para medir los biomarcadores: antes de iniciar la diálisis (T0), a la hora del inicio : pre-filtro (T1pre) post-filtro (T1post) y en efluente, y a las 24 horas. Para el análisis de nucleoproteínas se utilizó un ELISA “home-made” usando anticuerpos de captura y detección, para el de HMGB1 se utilizó el kit ELISA IBL.
Se reclutaron 30 pacientes. La edad media fue de 67 años, las escalas APACHE II y SOFA al ingreso fueron de 28 10 y de 11 3. Se logró control del foco séptico previo en el 72% de los pacientes. Entre las disfunciones orgánicas, mejoraron significativamente la escala SOFA, el fracaso cardiovascular y renal, y el equilibrio ácido base. Las concentraciones iniciales de nucleoproteínas y HMGB1 fueron elevadas y no se modificaron por las TCRR. PCT e IL-6 descendieron de manera global. Las nucleoproteínas y HMGB1 tuvieron valores más elevados en sepsis más precoces. Hubo correlación positiva entre PCT, IL-6, nucleoproteínas y HMGB1 con las disfunciones orgánicas, además nucleoproteínas y los biomarcadores clásicos se correlacionaron también. Los fallecidos en UCI presentaron concentraciones más elevadas de HMGB1 a las 24 horas de iniciar TCRR.
El desarrollo de un algoritmo diagnóstico basado en el conjunto de resultados presentados, asociado con las escalas de evaluación clínica y la información microbiológica podrían dar lugar a un nuevo paradigma a la hora de diagnosticar al paciente séptico. Así como mejorar el criterio de administración de la TCRRSepsis, a life-threatening organ dysfunction caused by an uncontrolled host response to infection, has been on the rise in recent years worldwide and can account for 50% of admissions to intensive care units, being one of the main causes of morbidity and mortality in critically ill patients. To achieve an early diagnosis and define a prognostic stratification, the clinician has diagnostic biomarkers that monitor treatment, such as procalcitonin (PCT), C-reactive protein (CRP) and interleukin 6 (IL-6). The study of nucleoproteins and HMGB1 in blood, resulting from the initial tissue damage, have been related to the pathogenesis of sepsis and have been postulated as diagnostic and prognostic biomarkers.
Acute septic kidney failure may require continuous renal replacement techniques (RCRT), which will allow inflammatory molecules such as interleukins, among others, to be removed from the bloodstream.
Our working hypothesis was whether TCRR could nucleoproteins and HMGB1 in patients in septic shock with acute renal failure who underwent TCRR during the first 24 hours. The primary objective was to know the evolution of PCT, CRP, IL-6, nucleoproteins and HMGB1. The secondary ones analyze said biomarkers according to the time of evolution of sepsis and the control of the septic focus; evaluate its relationship with organic dysfunctions; and finally to evaluate mortality based on them.
We designed a longitudinal prospective observational study in the Intensive Medicine Service of the Dr Peset Hospital in Valencia, in which we included patients over 18 years of age who met diagnostic criteria for septic shock with renal replacement therapies, excluding polytraumatized immunosuppressed patients with neoplasms and previous chronic kidney failure. We define different times to measure biomarkers: before starting dialysis (T0), at the start time: pre-filter (T1pre) post-filter (T1post) and in effluent, and at 24 hours. For nucleoprotein analysis, a “home-made” ELISA was used using capture and detection antibodies, for HMGB1 the IBL ELISA kit was used.
30 patients were recruited. The mean age was 67 years, the APACHE II and SOFA scales at admission were 2810 and 113. Control of the previous septic focus was achieved in 72% of the patients. Among organic dysfunctions, the SOFA score, cardiovascular and renal failure, and acid-base balance improved significantly. The initial concentrations of nucleoproteins and HMGB1 were high and were not modified by the TCRRs. PCT and IL-6 decreased globally. Nucleoproteins and HMGB1 had higher values in earlier sepsis. There was a positive correlation between PCT, IL-6, nucleoproteins and HMGB1 with organic dysfunctions, in addition nucleoproteins and classical biomarkers were also correlated. Those who died in the ICU had higher concentrations of HMGB1 24 hours after initiating CRRT.
The development of a diagnostic algorithm based on the set of results presented, associated with the clinical assessment scales and microbiological information could lead to a new paradigm when diagnosing the septic patient. As well as improving the criteria for administering the TCRR
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