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En esta investigación hemos pretendido averiguar por qué en la cultura visual posmoderna occidental se multiplican imágenes e historias de un tipo de personaje femenino contradictorio y ambiguo, que hemos denominado como heroína siniestra. Una figura contradictoria en sí misma, pues comporta dentro de sí dos tipos de personajes que por definición son opuestos (la mujer siniestra y la heroína), por lo que hemos tenido que indagar primero en la construcción histórica, simbólica y cultural de los dos tipos de personajes de forma separada, para entender así sus características visuales y sus motivaciones psicológicas. Esta primera parte del estudio la planteamos de forma general, aunque analizamos ejemplos emblemáticos que se desarrollan fundamentalmente en la literatura y en la pintura.
En el caso de la feminidad siniestra, tiene su esplendor y determinación a partir del Romanticismo, de la novela gótica, del Simbolismo y de la cultura decadente y misógina de finales del siglo XIX. Para aproximarnos al tipo de personaje hemos estudiado los trabajos previos más trascendentes sobre el tema, además, hemos analizado por un lado las categorías estéticas de lo sublime y de lo siniestro en relación con los personajes femeninos que surgen en la literatura y en el arte de dichos periodos, para ver después su evolución en el género fantástico que se configura visualmente en el cine. Para lo siniestro hemos tenido que recurrir al estudio psicoanalítico. Por otro lado, hemos disertado las características iconográficas de la mujer vampiro y de la dominatriz, dos figuras claves en las mujeres siniestras contemporáneas.
En cuanto a la heroína, su origen es arquetípico y procede de la mitología y del folklore, además, los estudios sobre el tema son dispares y generalizados. Por todo ello, hemos tenido que hacer un recorrido histórico cultural desde la Antigüedad, a la vez que estudiar los arquetipos de Jung, para poder clasificar y extraer tres tipos de heroínas, con sus subcategorías, que se desarrollan hasta la actualidad y que nos han servido para determinar las clasificaciones de heroínas siniestras que proponemos en la segunda parte de la investigación.
No obstante, antes de la segunda parte, atendemos a ciertas figuras singulares de principios del siglo XX que se desarrollan en la pintura, el cine, la televisión y el cómic, y que se muestran como los antecedentes directos de las heroínas siniestras de la posmodernidad. Así, en base a ello, hemos organizado a los distintos tipos de heroínas siniestras que proponemos y que hemos detectado en la cultura visual y audiovisual posmoderna (sobre todo del cine y del cómic influenciado por la cultura gótica urbana contemporánea).
Una vez hemos clasificado en tipos de heroínas siniestras a los personajes seleccionados de la segunda parte, hemos procedido a su análisis fílmico y textual para detectar las continuidades y variaciones con las figuras anteriores similares, al mismo tiempo, que las hemos contextualizado en el presente. Tanto nuestros análisis de la primera parte, como de la segunda, están realizados desde una perspectiva de género, pero también desde el estudio histórico-artístico de la visualidad, lo que nos ha permitido relacionar a los personajes que analizamos con momentos históricos del pensamiento occidental y de los movimientos feministas. Para ello, hemos utilizado una metodología híbrida que combina el método genealógico, el hermenéutico y el análisis textual y fílmico.
De este modo, desde los estudios culturales y de género, nos hemos acercado a una parte de la cultura visual y popular del Occidente actual. Asimismo, durante esta investigación no únicamente proponemos de forma genuina un paradigma de personaje, con sus diferentes tipos, que se desarrolla en la Posmodernidad, sino que planteamos, por primera vez, que son el resultado de la subversión siniestra de los tres grandes tipos de heroínas que hemos detectado y que se han construido desde la Antigüedad hasta la Posmodernidad.
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