|
La estética del desarrollo es la prioridad en las agendas políticas, frente a la ética del desarrollo. El desarrollo, como concepto y práctica, nos lleva a un debate teórico y empírico exento de consensos. Cuando nos referimos a países desarrollados categorizamos a los mismos en una falsa homogeneidad, pero no menos falsa es la apariencia de homogeneidad del, mal llamado, subdesarrollo. Subsumimos en la categoría de individuos, el sumatorio resulta del dato estadístico, la categoría de sujetos, en tanto sujetos sociales colectivos con capacidades pero escasas oportunidades. Y en este proceso de subsumir categorías analíticas se muestran como polos opuestos, en un mismo plano, desarrollo y subdesarrollo. Trataremos a través de este artículo de respondernos a las siguientes cuestiones: ¿Cuál es el modelo de desarrollo en el que vivimos?, ¿Será éste, un modelo de retro-desarrollo sometido a un efecto bumerang?
|