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El objetivo de esta tesis es una aproximación a la asunción de la facticidad humana a través de la obra polimórfica de Simone de Beauvoir, en un análisis intertextual de su obra literaria y la filosófica.
Si la facticidad es uno de los rasgos constitutivos de la condición humana, ¿qué sentido tiene hablar de su asunción?, ¿por qué en la obra de una existencialista cuyo lema es la trascendencia? Es lo que dilucidaremos a lo largo de esta tesis.
Dividida en siete capítulos, parte del análisis de la relación de complementariedad de Filosofía y Literatura; a continuación, determina cómo comprende Beauvoir el soporte de la facticidad, o, con otras palabras, la corporalidad; en los cinco restantes se adentra en las distintas formas de asunción de la facticidad: la maternidad, la enfermedad física, la mental, la vejez, la muerte.
En los primeros ensayos, "Pyrrhus et Cinéas" y "Pour une morale de l'ambiguïté" encontramos el hilo conductor de la tesis, que no es otro que la ambigüedad humana. La subjetividad es trascendencia, sí; pero, no olvidemos que en tanto que constitutivamente ambigua, también es facticidad.
El discurso apropiado para decir la facticidad no se halla en la filosofía ni en la literatura aisladas. Beauvoir inaugura un tipo de decir, la novela metafísica, que permitirá mostrar lo que aquellos géneros separadamente no logran: la totalidad destotalizada que es la condición humana.
El elemento vehiculador de la facticidad no es otro que la corporalidad. Aunque es el eje vertebrador de la facticidad, no encontramos una sistematización de la corporalidad. Y la explicación radica en la imposibilidad de decir la corporalidad desde un discurso único; se debe, además, dar cuenta de la corporalidad vivida, las corporalidades, que es el objetivo de Beauvoir.
A partir del análisis de la corporalidad, a lo largo de esta tesis se expone cómo las formas de la facticidad no son entendidas sino como las distintas expresiones de la degradación del cuerpo-vivido, sujeto corporizado de experiencias-vividas en cuerpo-objeto que sufre experiencias.
La maternidad, condición a la que ha sido reducida la mujer, es la primera forma de degradación. Lacra desde la publicación del "Segundo sexo", estigma aún en la actualidad.
De la maternidad a la madre singular: enfermedad y muerte de Françoise de Beauvoir. La enfermedad, destructora de los ejes existenciales, sean más o menos opresivos, es también objeto de opresión.
La enfermedad mental es un escollo en la vida y la obra de Beauvoir: si existe, es que hay casos en que no hay libertad ontológica.
La vejez, ese estupor desolado: cada uno es para sí único sujeto; por ello nos asombramos cuando la vejez como destino común nos asalta. El estupor procede de que la vejez es un irrealizable: la vieja que soy para-otros me es imposible vivirlo a la manera del para-sí.
Sin duda la muerte constituye una obsesión de Beauvoir, condición humana, expresión suprema de la facticidad humana. Beauvoir nos muestra toda una visión caleidoscópica de la muerte: como frontera lejana, como anticipación, como presencia, como amenaza siempre pospuesta, como evasión, como punctum de su escritura, como realidad, de los prójimos, de los extraños.
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