Introducción. La adultez emergente se caracteriza por la exploración continua de la identidad, y el enfoque propio, la inestabilidad, optimismo para el futuro y el sentimiento intermedio de no ser ni adolescentes ni adultos (Arnett, 2014). Así, un desarrollo evolutivo positivo desde etapas anteriores a la adultez emergente facilita la disposición de herramientas y recursos útiles para afrontar esta transición de la adolescencia a la edad adulta. La inteligencia emocional, junto con la felicidad, la empatía y la autoestima, suponen factores de protección frente a los problemas de salud mental. A su vez, el bienestar subjetivo se relaciona con mejores habilidades emocionales y sociales, mejor funcionamiento intra- e interpersonal, y con menos problemas emocionales y conductuales. En este sentido, ha aumentado el interés científico por estudiar los factores relacionados con el bienestar subjetivo y la salud mental de las personas adultas emergentes en este periodo de transición que supone un proceso de adaptación y reorganización vital. Objetivo. El principal objetivo de esta investigación fue estudiar el impacto de la inteligencia emocional y de los factores emocionales sobre el bienestar subjetivo y los problemas de salud mental de las personas adultas emergentes en una muestra de estudiantado universitario. Para ello se han planteado los siguientes objetivos específicos: (1) estudiar los niveles de bienestar subjetivo (satisfacción con la vida, afectos positivos y negativos) y de salud mental (quejas somáticas, síntomas de depresión, ansiedad y estrés) en las personas adultas emergentes; (2) determinar los niveles de inteligencia emocional, felicidad, empatía y autoestima en las personas adultas emergentes; (3) analizar las diferencias en bienestar subjetivo y salud mental según la edad y el género; (4) examinar las diferencias entre grupos de edad y género en las variables emocionales (inteligencia emocional, felicidad, empatía y autoestima); (5) estudiar la relación entre las variables emocionales, bienestar subjetivo y problemas de salud mental; (6) estimar el impacto de la inteligencia emocional sobre el bienestar subjetivo, y los problemas de salud mental, considerando el rol mediador de las variables emocionales. Método. Participaron un total de 399 jóvenes entre 18 y 28 años (M =20.38, DT = 2.46, 76.9 % mujeres). Se diseñó una encuesta online mediante la plataforma LimeSurvey que recogía datos de autoinforme sobre inteligencia emocional (atención, claridad y reparación), empatía (cognitiva y emocional), estado de ánimo positivo (felicidad), autoestima, bienestar subjetivo (satisfacción con la vida, afectos positivos y negativos), quejas somáticas y síntomas emocionales (ansiedad, depresión y estrés). La recogida de datos siguió las normas de la Declaración de Helsinki (World Medical Association, 2013), con permiso del Departamento de Educación, Cultura y Deporte de la Comunidad Valenciana y de la Comisión Ética de la Universitat de València. El estudio utilizó una metodología descriptiva y correlacional de corte transversal. Para el análisis de los resultados se utilizaron los programas SPSS y Mplus, realizando los siguientes procedimientos estadísticos: (a) análisis de fiabilidad; (b) análisis descriptivos; (c) correlaciones bivariadas de Pearson; (d) análisis de diferencias de medias (pruebas t) y de varianza (ANOVA); y (e) modelos de ecuaciones estructurales (SEM) con análisis de los efectos mediadores. Resultados. Los resultados de la presente investigación indicaron que las personas adultas emergentes presentaron niveles medios de bienestar subjetivo, además se ha observado un elevado porcentaje de personas con alta depresión, ansiedad, estrés y presencia de quejas somáticas. No obstante, la mayoría de las personas participantes presentaron niveles adecuados de inteligencia emocional, al igual que niveles medios de autoestima, felicidad y empatía. Con respecto a las diferencias según género y edad, los resultados indicaron un aumento en el balance afectivo con la edad, así como diferencias de género en quejas somáticas a favor de los hombres adultos emergentes. De forma similar, se observó un aumento de la inteligencia emocional a medida que avanza la edad, así como diferencias de género en claridad y reparación emocional a favor de los hombres. Asimismo, se observaron puntuaciones más altas en las mujeres en empatía emocional, mientras que en autoestima los hombres tienen puntuaciones más altas. Los resultados de los análisis de correlación indicaron que las relaciones entre variables emocionales, bienestar subjetivo y problemas de salud mental en la línea con la hipótesis planteada y la literatura previa. Los resultados de los análisis SEM mostraron que la inteligencia emocional tiene un impacto positivo sobre el bienestar subjetivo y negativo sobre los problemas de salud mental. Por último, los factores emocionales, especialmente la felicidad, tienen un papel mediador en esta relación. Discusión: El presente trabajo pone de manifiesto la relevancia de la inteligencia emocional y otras variables emocionales como la felicidad para el bienestar subjetivo y salud mental de las personas adultas emergentes. De la investigación se destacan las evidencias encontradas sobre los beneficios de la inteligencia emocional frente a los problemas de salud mental en la muestra estudiada. Esta investigación presenta algunas limitaciones como el tamaño y el tipo de muestra que se limita a la esfera universitaria. Otra limitación se refiere al uso exclusivo de autoinformes para evaluar las variables. Una de las posibles líneas futuras para siguientes investigaciones sería replicar la investigación en muestras de adultos emergentes más diversas, incluyendo medidas objetivas y metodología mixta (datos cualitativos y cuantitativos).Introduction. Emerging adulthood is characterized by the continuous exploration of one’s own identity and by the self-focused view, instability, optimism for the future, and the in-between feeling of being neither adolescent nor adult (Arnett, 2014). Thus, a positive evolutionary development from stages prior to emerging adulthood facilitates the availability of useful tools and resources to face this transition from adolescence to adulthood. Emotional intelligence, along with happiness, empathy and self-esteem, are protective factors against mental health problems. In turn, subjective well-being is related to better emotional and social skills, better intra- and interpersonal functioning, and fewer emotional and behavioral problems. In this sense, scientific interest has increased in studying the factors related to the subjective well-being and mental health of emerging adults in this transition period, which involves a process of adaptation and reorganization of life. Objective. The main objective of this research was to study the impact of emotional intelligence and emotional factors on subjective well-being and mental health problems in emerging adults in a sample of university students. To this end, the following specific objectives have been set: (1) study the levels of subjective well-being (satisfaction with life, positive and negative affects) and mental health (somatic complaints, symptoms of depression, anxiety and stress) in emerging adults; (2) determine the levels of emotional intelligence, happiness, empathy, and self-esteem in emerging adults; (3) analyze the differences in subjective well-being and mental health according to age and gender; (4) examine differences between age groups and gender in emotional variables (emotional intelligence, happiness, empathy, and self-esteem); (5) study the relationship between emotional variables, subjective well-being and mental health problems; (6) estimate the impact of emotional intelligence on subjective well-being and mental health problems, considering the mediating role of emotional factors. Method. A total of 399 young people aged between 18 and 28 years (M = 20.38, SD = 2.46, 76.9% women) participated. An online survey was designed using the LimeSurvey platform which collected self-reported data on emotional intelligence (attention, clarity and repair), empathy (cognitive and emotional), positive mood (happiness), self-esteem, subjective well-being (satisfaction with life, positive and negative affect), somatic complaints and emotional symptoms (anxiety, depression and stress). Data collection followed the rules of the Declaration of Helsinki (World Medical Association, 2013), with the permission of the Department of Education, Culture and Sport of the Valencian Community and the Ethics Commission of the University of Valencia. The study used a cross-sectional descriptive and correlational design. For the analysis of the results, the SPSS and Mplus programs were used, performing the following statistical procedures: (a) reliability analysis; (b) descriptive analysis; (c) bivariate Pearson correlations; (d) analysis of differences of means (t tests) and variance (ANOVA); and (e) structural equation modeling (SEM) with mediation analysis. Results. The results of the present research indicated that emerging adults presented average levels of subjective well-being, and a high percentage of people with high depression, anxiety, stress and presence of somatic complaints were observed. However, most of the participants showed adequate levels of emotional intelligence, as well as average levels of self-esteem, happiness and empathy. With respect to gender and age differences, results indicated an increase in affective balance with age, as well as gender differences in somatic complaints to the advantage of emerging adult men. Similarly, an increase in emotional intelligence was observed with increasing age, as well as gender differences in emotional clarity and repair to the advantage of men. Furthermore, higher scores were observed for women on emotional empathy, while men have higher scores on self-esteem. The results of the correlation analyses indicated that the relationships between emotional variables, subjective well-being and mental health problems were in line with the hypotheses and previous literature. The results of SEM analyses showed that emotional intelligence has a positive impact on subjective well-being and a negative impact on mental health problems. Finally, emotional factors, especially happiness, played a mediating role in this relationship. Discussion: This work highlights the relevance of emotional intelligence and other emotional variables such as happiness for the subjective well-being and mental health of emerging adults. The research highlights the evidence found on the benefits of emotional intelligence on mental health problems in the sample studied. This research has some limitations such as the size and type of sample that is limited to the university sphere. Another limitation refers to the exclusive use of self-reporting to evaluate the variables. One of the possible future lines for further research would be to replicate the research in more diverse samples of emerging adults, including objective measures and mixed methodology (qualitative and quantitative data).