|
La industria, en base al fenómeno de la autorregulación, ha aprobado un elenco de códigos de conducta o de buenas prácticas. Estos últimos constituyen una mejora de las condiciones establecidas, con carácter mínimo, por el legislador. Representan un sugerente complemento -y, por tanto, no sustituyen- la normativa imperativa. Tales figuras operan en numerosos ámbitos del tráfico económico adecuando las reglas imperantes a determinados sectores. Dentro de estos últimos destacan aquellos que rigen en el ámbito digital. En el presente artículo se analizarán diversas cuestiones relativas al fenómeno de la autorregulación, en materia de consumo, con especial consideración del espectro digital. Aunque inicialmente el legislador ha fomentado tal figura, en los últimos años, ha aprobado normas que, en cierta medida, disciplinan la autorregulación. En este sentido, entre otros aspectos, se limitan ciertas conductas, respecto a la misma, que resultan contrarias a los intereses de quienes actúan en el mercado.
|