El coaching surge en los años ochenta como herramienta para potenciar el funcionamiento humano. Coaches no psicólogos empiezan a utilizarlo en el entorno empresarial haciéndose fuertes en este campo de actuación. Siendo el psicólogo el verdadero especialista en conducta humana y sabiendo que en el coaching se trabajan aspectos muy 'psicológicos', ¿qué hace que el psicólogo no sea el mejor capacitado para aplicar el coaching ejecutivo? En este artículo abordamos esta cuestión partiendo desde la situación actual del coaching empresarial y analizando las competencias necesarias para que el psicólogo aplique eficientemente el coaching como psicólogo-coach en distintos entornos con el fin de delimitar su función en el coaching mostrando sus fortalezas y aportando sugerencias aplicadas respecto a las limitaciones. Coaching emerged in the eighties as a tool to enhance human performance. Coaches non psychologists start to use it into business environments becoming strong in this field of activity. As psychologist true human behavior specialist and knowing that in the coaching very 'psychological' aspects work, what makes the psychologist is not the best qualified to implement the executive coaching? In this article we address this issue starting from the current state of business coaching and analyzing the necessary steps to implement efficiently the psychologist coaching as psychologist-coach competences in different environments in order to define its role in the coaching showing their strengths and providing suggestions for applied constraints.