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A partir de los años 1930, cada vez más descontento con la analítica existencial que había elaborado en Ser y tiempo (1927), Heidegger se replantea su proceder metodológico. El concepto de Dasein, que orientaba la investigación como punto de partida para desarrollar la pregunta por el sentido del ser, es criticado ahora como un heredero del sujeto trascendental, incluso como el protagonista de una antropología filosófica renovada. El cambio radical del viraje (Kehre) en el pensar heideggeriano es también una reelaboración de la idea de Da-sein, un proyecto que la reciente publicación de los escritos privados (los tratados y los Cuadernos negros) nos permite analizar en detalle. En una primera parte, reconstruimos la interpretación de la historia de la metafísica según Heidegger, centrándonos en el concepto fundamental de Machenschaft. Nuestro primer capítulo analiza la evolución de las distintas determinaciones del ser, desde la physis presocrática hasta la primacía de la actio y de la creatio en la escolástica cristiana. A continuación, nuestro segundo capítulo retoma el análisis de estas determinaciones en su forma moderna y antropológica. Así, a partir de Descartes, el ser aparece fundamentado y producido por el ser humano: situación epocal que se plasma especialmente a partir de los conceptos de representación y de reflexión. Esto nos conduce, para terminar, a explicar cómo la manera de pensar moderna está condenada a hacer del ser humano un objeto, un ente efectivo, bajo sus distintas formas: biológica, cultural, histórica. Este es el tema de nuestro tercer capítulo, que concluye con el diagnóstico de la fijación esencial humana.
Para combatir lo que el filósofo denuncia como fijación del ser humano al final de la época moderna, y en el marco de un preguntar histórico por el Ser, el Da-sein debe comprenderse ahora como la posibilidad de transformar la esencia humana. Esta posibilidad la exploramos en nuestra segunda parte, insistiendo en la dimensión preparatoria de la transformación en Da-sein, y en cómo su proyecto implica al mismo tiempo una nueva manera de repensar nuestra relación con el ser. Esta nueva forma de concebir la relación con el ser se divide en tres dimensiones fundamentales del Da-sein, que corresponden a los tres capítulos de nuestra segunda parte: sus tonalidades fundamentales, el Erdenken como pensar performativo y el problema de la fundación en el abismo. El análisis de estas determinaciones nos conduce, en una tercera y última parte, a explorar en profundidad la identidad del Dasein como ser humano transformado. Así, procuramos ahondar particularmente en los siguientes aspectos: su ipseidad, su relación con la muerte y finalmente, la historicidad originaria que despliega (Capítulo 7). Sin embargo, y para concluir, esta posibilidad de transformación radical, heredera del proyecto nietzscheano, implica un paso fuera de la metafísica –un paso que va demasiado lejos a veces, hundiéndose en una especie de esencia inhumana. En ese sentido, el pensar heideggeriano, que se desarrolla con toda su radicalidad en los escritos privados de los años 1930-40, adolece de desplegarse de manera hiperbólica, dejando de lado todo lo que nos constituye propiamente como seres humanos.
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