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El presente informe pretende analizar de forma cuantitativa el fenómeno de la brecha digital desde una perspectiva de género. Las conexiones digitales se han convertido en uno de los vectores sociales más importantes, es por eso que este informe trata de analizar las diferencias existentes entre hombres y mujeres en la Comunidad Valenciana en relación con las TIC. Mediante el análisis de los resultados de una macroencuesta telefónica a más de 4.000 personas, se analiza la brecha digital de género en 5 dimensiones distintas: la dimensión del acceso, la dimensión del uso, la dimensión de las competencias, la dimensión de la autopercepción de facilidad y la dimensión de la confianza. Estas diferencias en la relación con las TIC entre hombres y mujeres también son analizadas a escala provincial, donde se encuentran algunas diferencias entre las tres provincias, aunque con menos significatividad estadística que en el análisis conjunto. Las diferencias provinciales tienden a evidenciar una situación más negativa para los hombres de Castellón y para las mujeres de Alicante en la mayoría de las dimensiones.
Respecto a la dimensión del acceso, se observa que los hombres tienen mayor acceso a dispositivos inteligentes y a conexiones a internet, y también puntúan más alto en los indicadores relacionados con tareas informáticas de mayor cualificación y complejidad.
En la brecha de uso los hombres también tienen ventaja. Aunque los dos géneros tienen tasas de uso muy elevadas, los hombres declaran una frecuencia semanal y diaria superior.
Para el análisis de la brecha competencial se crean 5 áreas competenciales distintas (información y alfabetización de datos, comunicación y colaboración, creación de contenido digital, seguridad y resolución de problemas. Aquí vemos como las mujeres superan a los hombres en algunos ítems concretos que evidencian como la división sexual del trabajo también determina diferentes usos de la tecnología.
En lo referente a la brecha en las autopercepciones de facilidad, se hace referencia a la forma en la que mujeres y hombres se autoperciben en relación a los 5 anteriores indicadores competenciales. Además, se diseñan una serie de indicadores que recogen las autopercepciones y se crean 5 niveles de capacitación distintos: competente, mejorable, potencial, no competente y no evaluable. Se observa como los hombres se sienten más capacitados que las mujeres en lo referente a la práctica totalidad de competencias.
Finalmente, respecto a la confianza en internet, se tiene en cuenta la confianza que hombres y mujeres tienen con internet y también las razones por las cuales tienen desconfianza. Los resultados de confianza son similares, aunque significativamente superiores para los hombres que tienen mucha confianza en internet. Respecto a los motivos de la desconfianza, no se han encontrado diferencias significativas, siendo la falta de seguridad y protección el motivo principal en ambos casos.
Resumiendo, esta investigación aporta pruebas que confirman la preponderancia de desigualdades de género y la perpetuidad de algunos roles y estereotipos de género que quedan reflejadas en las diferencias con la que hombres y mujeres se relacionan con las TIC. Algunas de las evidencias comprobadas son: la mayor inmersión digital de los hombres en todas las dimensiones, el mayor número de mujeres no evaluables, la mayor puntuación de los hombres en indicadores vinculados a tareas de mayor complejidad y calificación, la mayor capacitación de las mujeres para configurar la privacidad de las redes sociales y la mayor puntuación de las mujeres en la realización de tareas de reproducción y curas (contacto con el profesorado o ámbito sanitario) entero otras observaciones.
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