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La Iglesia española durante la guerra civil y los primeros años de la posguerra: Marcelino Olaechea, obispo de Pamplona (1935-1946)

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La Iglesia española durante la guerra civil y los primeros años de la posguerra: Marcelino Olaechea, obispo de Pamplona (1935-1946)

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dc.contributor.advisor Baldó, Marc
dc.contributor.author Marín Pastrana, Alberto
dc.contributor.other Departament de Història Contemporània es_ES
dc.date.accessioned 2023-05-26T10:07:56Z
dc.date.available 2023-05-27T04:45:06Z
dc.date.issued 2022 es_ES
dc.date.submitted 26-05-2023 es_ES
dc.identifier.uri https://hdl.handle.net/10550/86970
dc.description.abstract Marcelino Olaechea Loizaga (1889-1972) fue nombrado en 1935 obispo de Pamplona por Pío XI tras realizar hasta ese momento toda su vida religiosa en la congregación salesiana. Su episcopado en Pamplona se corresponderá con los años más convulsos de la España del siglo XX: una etapa donde se produjo una atroz guerra civil y cambio político desde la República a la Dictadura, y en el contexto internacional se producirá la II Guerra Mundial marcará también un antes y un después. Estamos ante un obispo que firmó conjuntamente con Mateo Múgica la Pastoral donde condenaba la alianza del PNV con los republicanos, que utilizó públicamente por primera vez el término “cruzada”, que firmó la carta colectiva del episcopado español el 1 de julio de 1937, pero que el 15 de noviembre de 1936 publicó la Pastoral, Ni una gota más de sangre, donde se criticaba la dura represión política del bando sublevado y se buscaba la reconciliación del pueblo navarro. La visita que realizó en septiembre de 1938 al penal del Fuerte de San Cristóbal y el inicio de la ayuda a los prisioneros políticos del Fuerte, tanto a nivel de mejoras en la vida diaria de la cárcel, como en el intento de reducción de penas, marcaran una nueva forma de actuar en el prelado de origen vasco. Esta ayuda a presos no solo se centrará en Pamplona, sino que la extenderá al resto de España. Debemos destacar la ayuda prestada al dirigente del PNV, Luis Álava Sautu, que fue ejecutado el 6 de mayo de 1943 por dirigir una red cuyo principal objetivo era prestar ayuda a los presos políticos del PNV. Otro caso más desconocido serán las acciones en favor de Carlos Bayo García, cuyo delito fue haber estado presente en el asalto del Cuartel de la Montaña de Madrid el 16 de julio de 1936. Olaechea se preocupó además por quienes huían de la II Guerra Mundial, interesándose por la situación en la que se encontraban en los campos de concentración de Navarra. De igual manera, hay que subrayar la ayuda a órdenes religiosas que huían de la zona republicana, como las Mínimas o los Benedictinos, o a personalidades como Escrivá de Balaguer o Ángel Herrera Oria. Dentro de su actuación pastoral, debemos destacar su papel dentro de la Comisión Episcopal de Seminarios, el impulso que dio a la creación de nuevas congregaciones religiosas e instituciones pías más implicadas en la asistencia social, participó activamente en la llamada recristianización de España con actos masivos como las peregrinaciones al Castillo de Javier, los Congresos Eucarísticos del año 1945 o el inició de su particular cruzada en contra de los bailes “agarrados”, las costumbres modernas y las malas lecturas. Los problemas de la actividad política de los sacerdotes de su diócesis tocaron todas las ideologías políticas dominantes en ese momento en Navarra. Se estudian especialmente el caso de los sacerdotes Mendiburu y Elizalde, culpados por ser nacionalistas vascos; Fermín Yzurdiaga, reconocido falangista; Marino Ayerra; y Fermín Erice, José María Solabre y Pascasio Osacar, componentes del Plan Azor, una organización clandestina financiada por Gran Bretaña, cuyo objetivo era tener controlada una posible entrada del ejército nazi por el norte de la Península Ibérica. Tanto en el caso de Mendiburu, Elizalde y los tres encausados en el Plan Azor, el objetivo de Olaechea estaba claro: salvarlos de la prisión y de una posible condena a muerte. La tesis documenta a un Olaechea que trató directamente con Franco, que no dudó en el año 1947 en pedirle la restauración monárquica en la figura de Juan de Borbón, pero que aplaudía su labor como dictador, un obispo que elogió la labor del carlismo, tuvo buena relación con el dirigente falangista Manuel Hedilla, y ayudó a Jesús Monzón (dirigente comunista) y a Carmelo Monzón (militante del PSOE). Comportamientos diversos y aparentemente contradictorios de una figura que debe ser considerada como una de las personas más influyentes en la historia de la Iglesia en España de su época. Para nuestro estudio hemos utilizado el fondo personal de Marcelino Olaechea del Archivo de la Catedral de Valencia, un fondo documental que nos ofrece la oportunidad de relatar al detalle las acciones que llevó a cabo Olaechea en su episcopado de Pamplona. es_ES
dc.format.extent 561 p. es_ES
dc.language.iso es es_ES
dc.subject guerra civil es_ES
dc.subject posguerra es_ES
dc.subject historia de la iglesia es_ES
dc.subject nacional-catolicismo es_ES
dc.title La Iglesia española durante la guerra civil y los primeros años de la posguerra: Marcelino Olaechea, obispo de Pamplona (1935-1946) es_ES
dc.type doctoral thesis es_ES
dc.subject.unesco UNESCO::HISTORIA es_ES
dc.embargo.terms 0 days es_ES
dc.rights.accessRights open access es_ES

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