|
Ceca de ubicación desconocida, aunque por la leyenda belaiskom se ha relacionado con las monedas con leyenda kontebakom bel(Konterbia Belaisca = Botorrita, Zaragoza). La leyenda belai - skom, al igual que otras terminadas en -om, ha sido considerada como un adjetivo denominativo, en este caso aplicado a la materia de la moneda, en nominativo de singular masculino o en nominativo-acusativo singular neutro (Villar 1995: 127; Estarán y Beltrán 2015: 291-292). No obstante también existe la propuesta de identificarla como un genitivo del plural, indicador de origen y alusión a los habitantes de la ciudad responsable de su acuñación (de Hoz 2017: 128-129). Se considera una ciudad de los belos (Fatás 1992: 229; DCPH II: 256). Según Villaronga (ACIP p. 349) los hallazgos se concentran entre el Burgo de Osma (Soria) y Cervera del río Alhama (La Rioja). La localización en el mapa es la que se propone en nomisma.org; sólo tiene una finalidad orientativa, ya que la ciudad no está localizada. La producción monetaria se puede agrupar en dos períodos cronológicos, que agrupan seis fases de acuñación. Del primer período se conocen tres tipos (MIB 1-3), fechados entre el 130 y el 100 a.C., y del segunda cinco (MIB 4-8), fechados entre el 100 y el 72 a.C. En el anverso, en el cual no hay leyenda, se representa una cabeza masculina con barba (MIB 1) o sin ella (MIB 2-8) con collar a derecha. Los tipos se distinguen por los símbolos que tienen o por el estilo; el tipo MIB 1 muestra un pez entre dos delfines, el tipo MIB2 dos delfines delante, el tipo MIB 8 un delfín delante y otro detrás; todos los tipos excepto MIB 8) llevan el signo be detrás de la cabeza. En el reverso muestran los diseños habituales, el jinete con lanza para las unidades y el caballo galopando en las mitades. Las similitudes de estilo de las mitades (MIB 3, 5, 7) con determinadas unidades (MIB 2, 4, 6) permite establecer su asociación. La leyenda del reverso, se desarrolla casi siempre en dos líneas, belai - skom (MIB 1-8) o una línea (MIB 9). Las monedas se acuñaron siguiendo un patrón de peso de ca. 9-10 g, que en los últimos tipos acuñados se reduce ligeramente, a ca. 8,5 g. La fecha de acuñación es incierta debido a la ausencia de indicadores sólidos, aunque existe la unanimidad de situarlas entre fines del siglo II y el primer tercio del siglo I a.C. (DCPH 256-257; ACIP p. 350).
|