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Se desconoce el lugar en el que estuvo localizada esta ceca, aunque se identifica con la ciudad mencionada por Ptolomeo (geog. 2,6.62, Damania, erróneamente atribuida a la Edetania) y por Plinio (N.H. 3.24, Damanitanos, estipendiarios del convento Caesaragustanus). De entre las opciones propuestas, la de La Muela de Hinojosa de Jarque (Teruel) es la que parece que más se impone (Burillo y Herrero 1983: 41-58; CNH p. 246; Beltrán 1995: 105, n. 247; ACIP p. 303). Se conocen dos fases de producción monetaria, en las que siempre se acuñaron unidades con un peso medio que se encuentra en la franja de 8-9 g, y excepcionalmente de 10 g en el último tipo acuñado. De la primera fase se conocen dos tipos (MIB 1-2), fechados entre el 130 y el 100 a.C. De la segunda se conocen tres tipos (MIB 3-5), fechados entre el 100 y el 72 a.C. En el anverso llevan siempre una cabeza masculina imberbe, con collar a derecha; los diferentes símbolos que acompañan al retrato son dos delfines (MIB 1), el signo ko y un delfín (MIB 2-4) o dos (MIB 5). En el reverso lleva el diseño característico de las unidades, un jinete con lanza y casco, con o sin cimera. Las leyendas monetales son muy uniformes en cuanto a su trazado y forma. En el reverso siempre aparece la leyenda tamaniu para la que existen dudas sobre cómo valorarla, ya que, como Villar (1995: 344-345) indicó, puede considerarse como una palabra completa o incompleta y si está incompleta entonces existe la posibilidad de que se haya omitido una m o una s. Tradicionalmente se ha considerado genitivo del plural, con la ausencia de la nasal final -m (DCPH II: 359); sin embargo Jordán (2007: 770) se inclina por pensar que es un topónimo en nominativo singular de tema en nasal. En el anverso de los tipos MIB 2-5 muestra el signo ta, que se considera la abreviatura del topónimo, como sucede en otras monedas de la Celtiberia. La información para datar las monedas procede de su presencia en el tesoro de Azaila (Navascués 1971: nº 410-416). Una moneda pertenece al tipo MIB 1 y es la más gastada de todas; dos piezas son del tipo MIB 2a, algo gastadas; tres del tipo MIB 3a, también algo gastadas y dos del tipo MIB 5, de las que una está sin gastar y la otra muy poco. El desgaste que presentan las monedas de Tamaniu en este tesoro nos ha servido para ordenar la producción y situar al final de las acuñaciones el tipo MIB 5, que en el resto de catálogos siempe encabeza la producción de esta ceca.
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