El pasado 17 de agosto de 2020 se cumplía el quinto aniversario desde que se iniciara la plena aplicación del Reglamento (UE) 650/2012. Un significativo instrumento europeo cuyas amplias repercusiones en el sistema de Derecho Internacional privado de los Estados miembros ha sido subrayado en los numerosos estudios que lo han acompañado,tanto durante su tramitación comofundamentalmente tras su aprobación; tras décadas en las que la materia sucesoria había atraído una más que discreta atención por parte de la doctrina internacional-privatista, frente a la potente práctica que se desarrollaba entorno al fenómeno sucesorio mortis causa en despachos de abogados, Notarias y Registros. Lo cierto es quela irrupción de este significativo Reglamento ha significado todo un revulsivo en este ámbito del que se ha hecho eco también la academia.Sobre todo, al ver la luz en un panorama normativo especialmente complejo y plural, donde los instrumentos convencionales y europeos en materia sucesoria brillaban por su ausencia, y reinaba un alto nivel de particularismo. Una publicación y una entrada en funcionamiento que ha traído consigo, a su vez, una más que destacada actividad jurisprudencial por parte del TJUE, la multiplicación de congresos y de cursos sobre las distintas aristas que suscita Reglamento (UE) 650/2012, así como un constante caudal de trabajos prácticos y puramente doctrinales relacionados con este ámbito