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The eighteenth century is the genesis of modern liberal democracies, and it was largely due to the contribution of certain books, some of them little known today, that became the most widely read works in Europe at the time. They were banned 'best sellers' that circulated like wildfire despite attempts by civil and ecclesiastical authorities to prevent their publication and reading. The title of the catalogue of this exhibition - held at the Biblioteca Històrica de la Universitat de València - 'Fire in the Library', in itself alludes to their intention, as they were books that "burned" those who possessed them, given their dangerous nature, and, furthermore, when they were discovered they went directly to the stake. There is also a mention of libraries, places where these copies were kept clandestinely, in the so-called section de l'Enfer. The catalogue brings together a selection of French books with political, religious and literary content, some of them erotic, which were exhibited in the show, combined with artistic black and white photographs by the Spanish-French photographer Pedro Hernández, with the aim of constructing a story with a clear message: prohibition generates fascination. And all this at a time when certainties seem to be diluted in an ocean of uncertainties and it is more necessary than ever to revisit the 18th century in order to retake principles such as freedom of expression, personal autonomy, critical spirit, secularism or cosmopolitanism opposed to any nationalism or populism, as signs of identity of the Europe of the 21st century.El siglo XVIII constituye la génesis de las democracias liberales modernas y en gran medida se llegó a estas gracias a la contribución de determinados libros, algunos de ellos poco conocidos hoy en día, que se convirtieron en las obras más leídas en la Europa del momento. Eran ‘best sellers’ prohibidos que circularon como la pólvora pese a los intentos de las autoridades civiles y eclesiásticas por impedir su edición y lectura. El título del catálogo de esta exposición –celebrada en la Biblioteca Històrica de la Universitat de València–, ‘Fuego en la biblioteca’, alude ya de por sí a su intención, pues eran libros que “quemaban” a aquellos que los poseían, dada su peligrosidad, y, además, cuando eran descubiertos iban directamente a la hoguera. También, la mención a las bibliotecas, lugares donde se guardaban clandestinamente estos ejemplares, en la llamada sección de l’Enfer. El catálogo recoge una selección de libros franceses de contenido político, religioso y literario, algunos de ellos eróticos, que fueron expuestos en la muestra, combinados con fotografías artísticas en blanco y negro del fotógrafo hispano-francés Pedro Hernández, con el objeto de construir un relato con un claro mensaje: la prohibición genera fascinación. Y todo ello en un momento en el que las certezas parecen diluirse en un océano de incertidumbres y es más necesario que nunca revisitar el siglo XVIII para retomar principios como la libertad de expresión, la autonomía personal, el espíritu crítico, el laicismo o el cosmopolitismo opuesto a cualquier nacionalismo o populismo, como señas de identidad de la Europa del siglo XXI.
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