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Introducción y objetivos: Tras el trasplante cardiaco (TC) pueden acontecer importantes complicaciones, tales como el fallo primario del injerto (FPI) y el rechazo agudo celular (RAC). El estudio de nuevos biomarcadores capaces de detectar de manera no invasiva estos eventos es un tema de interés creciente.
Como objetivo de esta Tesis Doctoral, me propongo valorar si los pacientes TC presentan alteraciones en el transporte núcleo-citoplasma y en el metabolismo del calcio que permitan la predicción de RAC y FPI respectivamente.
Material y método: Estudios unicéntricos, prospectivos, en los que se incluyeron pacientes adultos sometidos a TC, en el Hospital Universitario y Politécnico La Fe. Entre enero de 2009 y diciembre de 2019 para las muestras pre-TC y entre enero de 2017 y diciembre de 2019 para las muestras post-TC. A cada paciente se le extrajo una muestra de sangre venosa periférica para aislar el suero y el plasma. Posteriormente las muestras se almacenaron en el Biobanco del Hospital La Fe a -80ºC hasta su posterior análisis. Los niveles de SERCA2a, de la proteína activadora 1 de Ran GTPasa (RANGAP1), nucleoporina 153 (Nup153) e importina 5 (Imp5) se determinaron mediante un ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA tipo sándwich). Simultáneamente se recogieron variables analíticas, ecocardiográficas, tratamiento inmunosupresor y resultados de biopsias endomiocárdicas.
Resultados: En los artículos publicados de nuestro estudio (Lozano-Edo, et al. Transplantation. 2022; Lozano-Edo, et al. Transplant Proc. 2021; Lozano Edo, et al. J Pers Med. 2022), observamos alteraciones en el metabolismo del calcio y en el transporte nucleocitoplasmático (Imp5, RANGAP1 y Nup153) en pacientes que desarrollaron FPI y RAC tras el TC.
En el artículo Lozano-Edo, et al. Transplantation. 2022, observamos cómo los niveles plasmáticos de SERCA2a determinados inmediatamente pre-TC fueron significativamente más bajos en los pacientes que posteriormente experimentaron FPI en comparación con aquellos que no presentaron esta complicación (0,430 ng/mL [Rango intercuartílico (RIQ), 0,260–0,945] versus 0,830 ng/mL [RIQ, 0,582-1,052]; p=0,001). La concentración de SERCA2a ≥ 0,60 ng/mL (punto de corte óptimo de la curva ROC) fue un predictor protector independiente de FPI en el análisis multivariado (Odds Ratio (OR), 0,215, p=0,004). La combinación de niveles reducidos de SERCA2a (< 0,60 ng/mL) junto con la necesidad de soporte circulatorio mecánico puente al TC se asoció a FPI en más del 70% de los casos.
En el artículo Lozano-Edo, et al. J Pers Med. 2022, observamos cómo los niveles séricos de RANGAP1 fueron más altos en pacientes con RAC al menos moderado en comparación con el grupo de pacientes sin RAC significativo (63,15 ng/mL [RIQ, 36,61-105,69] versus 35,33 ng/mL [RIQ, 19,18-64,59]; p=0,02). La concentración de RANGAP1 ≥ 90 ng/mL (punto de corte óptimo establecido en la curva ROC) fue un predictor independiente de RAC en el análisis multivariado (OR 6,8, p=0,006).
Conclusiones: El análisis de las muestras de plasma pre-TC y suero post-TC sugiere que existen alteraciones en el metabolismo del calcio (SERCA2a) y en el transporte núcleo-citoplasma (RANGAP1) de los pacientes TC que desarrollan eventos adversos durante el seguimiento, FPI y RAC respectivamente. Ambos podrían ser considerados potenciales biomarcadores no invasivos, de confirmarse en series más amplias de pacientes
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