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Teófilo García de la Rosa destacará como marmolista y pintor ceramista. Con una extensa producción,
no despuntará en los ambientes artísticos del panorama cultural valenciano de aquellos años, si
bien estará presente de forma ininterrumpida en los mismos, participando en exposiciones, y engrosando
las colecciones de arte de algunas de las instituciones más significativas del momento.
Amigo infatigable de Joaquín Sorolla, con quién mantendrá una larga relación epistolar en el tiempo2,
la prensa de la época lo retrata como una persona de una acusada humildad, persiguiendo siempre
la mejora en la calidad de sus trabajos, aquellos que realizaba desde el entresuelo de su taller sito
en la calle del Mar, nº 43 de la ciudad de Valencia.
Alumno de Luis Gilabert, durante una temporada trabajó codo con codo con el escultor Mariano
Benlliure. Socio del Ateneo Científico-Literario de Valencia y miembro activo de la asociación El Iris
(1879-1882), deja un amplio, aunque disperso legado.
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