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Las recientes modificaciones en la legislación sobre
Tráfico y Seguridad Vial (Ley 19/2001) reflejan la necesidad
de clarificar los posibles procedimientos a realizar con los
conductores sancionados por conducir bajo la influencia del
alcohol. Tras verificar la reducida efectividad de las medidas
aplicadas en España y revisar las actuaciones realizadas en
otros países, destacamos los programas educativos y terapéuticos
por ser las intervenciones más estructuradas y con
resultados más favorables.
En este trabajo, presentamos una descripción de estos
programas así como una serie de recomendaciones sobre
la mejor manera de insertarlos en nuestra legislación. Entre
las directrices que probablemente contribuirán a mejorar la
efectividad de estas intervenciones destacamos, por ejemplo,
su aplicación inmediata tras la infracción cometida, una
vez agrupados los participantes en función de su patrón de
consumo y de su estilo de vida. Esto nos lleva a proponer
los programas educativos, más centrados en la conducción,
para aquellos infractores con menor problemática de consumo
y los programas terapéuticos para los infractores dependientes.
Si bien, insistimos en la necesidad de no disponer
de programas cerrados sino de adaptar la intervención a las
necesidades de los asistentes.
Asimismo, destacamos la importancia de contar con
monitores especializados en temas de tráfico y con conocimientos
básicos sobre adicciones como responsables de
los programas educativos, y con profesionales especializados
en adicciones que trabajen en coordinación con los centros
asistenciales convencionales, de modo que el infractor
reciba un tratamiento bio-psico-social junto con el programa
terapéutico. En ningún caso se considera que el programa
terapéutico sea suficiente para evitar la reincidencia.Recent modifications to the legislation on Traffic and
Road Safety (Act 19/2001) reflect the necessity of clarifying
the possible procedures to be followed when dealing with
drivers penalised for driving under the influence of alcohol.
After verifying the limited efficacy of the measures applied
in Spain, and after reviewing actions in other countries,
we highlight educational and therapeutic programmes as
being the most structured and having the most favourable
results.
In this work, we present a description of these
programmes as well as a number of recommendations on
the best way of inserting them in our legislation. Among the
guidelines that would probably contribute to improving the
efficacy of these interventions, we highlight, for example,
their immediate application following an infringement,
once the participants are grouped in accordance with their
consumption pattern and lifestyle. This leads us to propose
educational programmes, based more on safe driving, for
those offenders with minor consumption problems, and
therapeutic programmes for alcohol-dependent offenders.
Even so, we stress the need for not being restricted to closed
programmes but to adjust interventions in accordance with
the needs of those concerned.
In addition, we stress the importance of having instructors
specialising in road safety matters and with basic knowledge
of addictions as the ones responsible for the educational
programmes, and with specialized professionals in addiction
to coordinate work with the conventional treatment centres,
in such a way that the offender receives a bio-psycho-social
treatment together with the therapeutic programme. In
no case is the therapeutic programme considered to be
sufficient, on its own, in preventing a repeat of the offence.
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