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Los problemas y límites de la representación de fenómenos extremos adquieren especial relevancia cuando éstos proceden, no de la imaginación narrativa o espectacular, sino de acontecimientos reales tratados en soporte documental. Ninguno de estos fenómenos ha generado tanta bibliografía como la Shoah, calificada a menudo de irrepresentable e inefable. El presente artículo estudia Sobibor: 14 octobre 1943, 16 heures (Claude Lanzmann, 2001), constituido por una sola entrevista realizada a Yehuda Lerner, superviviente de la sublevación del campo de exterminio de Sobibor. El análisis se realiza a la luz de los criterios de representabilidad, en su poética de rechazo al documento de archivo y en su apuesta por la palabra viva del testigo, que fueron principios de la magna obra Shoah (1985) y que se mantienen en este film. Este ensayo desvela que tales principios no impiden un trabajo retórico minucioso con la metáfora, la reconstrucción escenográfica e, incluso, el montaje.
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