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Frente a la amnesia que gobernó las producciones simbólicas españolas en el momento de la transición política a la democracia, el cine español participa en la actualidad de un esfuerzo de rehistorización o relectura del pasado que se hace sentir igualmente en otros espacios de la producción literaria y artfstica (biografías, memorias, i11tentos de una historia de las mentalidades, etc.). Dos temas representan emblemáticamente la magnitud de este giro, a saber: la Guerra Civil Española y la biografía de Franco. En ambos, era necesario practicar una distancia que 'desapasionara' la interpretación. Durante los últimos diez años asistimos a nuevas formas de encarar ambos problemas que son representativas de una considerable lejanía emotiva e intelectual respecto a los momentos más dramáticos de la España del siglo XX. Dos producciones que enmarcan la década nos servirán para interrogar las nuevas actitudes hacia el pasado: La vaquilla (Luis García Berlanga, 1985), primera tentativa de tratar la contienda militar que escindió literalmente a España en el tono de sainete y, por tanto, bajo el registro de lo cómico; Madregilda (Francisco Regueiro, 1994), donde se construye una ensoñación en torno a la posguerra española que incluye una narración del drama edípico de Franco. Independientemente de su valor estético, estas dos películas representan dos actitudes, a su vez diferentes, de enfrentar la ficcionalización de la historia la primera, mediante la desdramatización, la segunda procediendo a una mezcla de nostalgia, poesía y aura que caracteriza el discurso de los noventa.
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