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Una de las aproximaciones al análisis de la variación lingüística que propone el funcionalismo discursivo es el estudio de las características genéricas o estructurales recurrentes, entendiendo que existen unos géneros o tipos de texto escritos y orales establecidos socialmente según unos intereses comunicativos académicos, profesionales o de mera interacción social. Otra es el análisis del registro a través del cual un género se manifiesta a nivel fonético, morfosintáctico y léxicosemántico. Estos dos enfoques siguen la línea establecida por los lingüistas sistémicos australianos (Ventola, 1984; Eggins, 1994, 1997; Martin, 1992a, 1992b) según la cual el género vendría determinado por el contexto socio-cultural o de orden superior y el registro por el contexto situacional o de orden inferior. Los parámetros de género y registro resultan válidos para su aplicación a la traducción del discurso escrito en lengua española perteneciente al ámbito de las profesiones, el cual abarca una tipología textual variada que va desde la carta comercial hasta el informe técnico, pasando por el telex, el memorándum y el folleto informativo. A través del análisis del género y del registro podemos describir de forma sistemática y como tarea previa a la pura traducción, aquellos documentos arquetípicos en cuanto a su estructura funcional, propios del ámbito comunicativo de cada profesión y generados por sus respectivas comunidades discursivas, al tiempo que también describimos su realización concreta según unas opciones léxico-semánticas y gramaticales individuales.
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