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Tras las sucesivas oleadas de transferencia de tecnologías hacia el sistema escolar, primero proporcionando material informático y luego la conectividad a los centros, ha llegado el momento de concentrar los esfuerzos sobre el tratamiento digital de los contenidos de enseñanza en el ámbito escolar25. Al igual que en las fases precedentes, tampoco ahora el problema se reduce a pasar los contenidos del soporte analógico al digital. La cuestión es mucho más compleja que todo eso, pues tiene que ver tanto con los procesos de producción, distribución y acceso al conocimiento como con los intereses de un sector tan importante económicamente como el representado por la industria editorial. Dos cuestiones que, aunque de naturaleza distinta, aparecen íntimamente ligadas y dependientes entre sí que determinarán la solución que se adopte.
Hasta ahora y pese a las numerosas críticas, el libro de texto en soporte papel, ha venido ocupando un puesto de privilegio en la reproducción del conocimiento escolar. Pero la industria que lo mantiene, como tantos otros sectores, vive una fase de transformación impulsada por la presencia de la tecnología digital y proyectada sobre todo el sector de la edición de libros de la que no se escapa el manual escolar.
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