Nos encontramos en una época de cambio, superada la era industrial, la que la sociedad ya no se basa en la producción y administración de bienes, sino en la posesión del conocimiento y la gestión de éste (Bell,2006). Durante estas últimas décadas, fenómenos como la inmigración y la globalización han hecho que se superen las fronteras nacionales y ha provocado la relación multicultural entre las personas en todo el mundo. El acceso inmediato a la información y la comunicación ha revolucionado los medios de comunicación, que han pasado de ser mass media para una ciudadanía receptora de la información a ser sustituidos progresivamente por las nuevas redes sociales que configuran un nuevo statu quo social e incluso político, emergiendo, de este modo, una nueva cultura popular (Willis,2008). Esta nueva cultura hace referencia a “la manifestación de extendidas prácticas simbólicas en la vida cotidiana de los individuos” (Real, 2001:167) en cualquiera de los soportes comunicacionales a su alcance, desde la comunicación oral hasta la que más incidencia tiene en la actualidad, la digital. Estos nuevos entornos mediáticos generan una manera de ser y relacionarse diferente, que no existía hasta ahora y crea nuevos símbolos y nuevas normas de relación. Todos estos cambios estructurales de la sociedad, tanto en recursos como en reglas de funcionamiento (Giddens,2007), hacen que me plantee si el sistema educativo ha evolucionado en consonancia con los cambios que se han producido en las relaciones humanas, si ha aprovechado el desarrollo de una nueva la cultura y el surgimiento de nuevos recursos en la sociedad posmoderna actual. Según Willis (2008), la educación ha pasado por distintas fases desde el fin de la era industrial. Los diferentes cambios sociales han venido en forma de olas de modernización cultural. Medidas como la ampliación de la universalización y gratuidad de la educación hasta los 16 años, la diversificación y flexibilización del sistema educativo e incluso el tratamiento del multiculturalismo han servido para adaptar el sistema educativo a los cambios sociales y económicos de las últimas décadas. Sin embargo, en el momento social en que vivimos existe una gran desafección hacia la escuela, por lo que se precisan nuevas ideas y formas de hacer en educación para “subirnos” a esta tercera ola de modernización cultural (Willis, 2008). Para conseguir volver a engarzar la educación con la nueva realidad social y la cultura popular emergente es preciso un replanteamiento de la escuela, de las funciones que desempeña y los procesos que se llevan a cabo en ella contextualizándolo en el entorno donde se encuentra. Propuestas como las Comunidades de Aprendizaje (en adelante, CA) promueven un modelo de organización escolar que va más allá de la escuela, enraizado en el entorno donde se encuentra, promueve un proyecto educativo y cultural compartido por profesorado, alumnado y familias basado en el reconocimiento de la diversidad y la disposición para compartir experiencias y conocimientos (Díaz y Morfín, 2003). Este tipo de centros, dada su organización horizontal, abierta y participativa posibilita la flexibilidad necesaria para adaptarse a las características del alumnado, las necesidades de formación del momento y la incorporación de la cultura popular a las aulas. Las CA van más allá del aula y de la relación maestro-alumno. Son proyectos de transformación social y cultural del centro y del entorno donde se encuentra (Elboj, Puigdellívol, Soler y Valls, 2002). Están basadas en 1 principios pedagógicos como el aprendizaje dialógico (Freire, 1970) y la teoría de la acción comunicativa (Habermas, 1994) y en teorías sociológicas como la modernización reflexiva (Beck, Giddens y Lask, 1997) y la cultura común (Willis, 2008). Una de las hipótesis de inicio de esta tesis es que éste es un modelo de organización escolar válido para responder a las necesidades de formación y culturales de las nuevas generaciones de la sociedad actual, ya que las CA son organizaciones que aprenden, horizontales y basan su acción educativa en la creación compartida del conocimiento a través de la comunicación entre sus miembros. Otro supuesto de esta tesis parte de la idoneidad de contar en nuestro sistema educativo con profesorado colaborador, abierto a la experimentación y al trabajo cooperativo, que reconozca la imposibilidad de poseer todo el saber actual y valore la importancia de la participación activa en el proceso de aprendizaje de todos los agentes implicados, principalmente el alumnado. Este perfil docente es el que encontramos en las CA por su fundamentación dialógica y basada en el discurso, así como por el reconocimiento de la cultura popular como un saber válido para el mundo educativo. La profesionalización de la enseñanza (Bolívar, 2008) y el desarrollo de comunidades profesionales de aprendizaje (Bolívar, 2008; Escudero, 2009; Marcelo, 2002; Stoll y Louis, 2007) son posibles claves para dar respuesta a los imperativos educativos actuales (Hargreaves, 2003) como catalizadores de las oportunidades que ofrece la sociedad del conocimiento y, al mismo tiempo, como contrapunto que equilibre el riesgo de exclusión social y las respuestas educativas estandarizadas con coste mínimo. El tercer elemento a tener en cuenta como punto de partida de esta tesis es que las teorías comunicativa y dialógica en que se fundamentan las CA podrían beneficiar y beneficiarse de las relaciones que se producen a través de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (NTIC) que tenemos a nuestro alcance. La sociedad informacional en la que vivimos tiene como característica la capacidad de generar, transmitir y transformar la comunicación (Castells, 2000) y, por tanto, el conocimiento. Estos tres procesos, los de comunicación, transmisión y creación de conocimiento también son básicos en la organización y la acción educativa de las CA. La tesis que se propone profundizará, por tanto, en el papel que desempeña la educación en la actual sociedad mediatizada por las NTIC (Castells, 1999, 2006, 2010) y caracterizada por la sensación de riesgo (Beck, 2007, 2008; Giddens, 2011) y de incertidumbre (Bauman, 2003, 2007). Así mismo analizará la importancia del reconocimiento de la nueva cultura digital (Prensky, 2005), popular (Real, 2001; Lull, 2000) y común (Willis, 2008) en las aulas para el que se precisa un nuevo estilo profesional docente que también aprende en comunidad (Flecha y Puigvert, 2005; Stoll, 2006 y 2007; Wenger, 2001). Por último, describirá el modelo educativo que proponen las CA desarrollando sus principios pedagógicos y filosóficos básicos, haciendo hincapié en su característica inclusiva y de búsqueda de éxito educativo (Elboj, Puigdellívol, Soler y Valls, 2002; Alcalde et al., 2006; Informe Includ-Ed, 2011). El contenido fundamental de la tesis que se propone es analizar si las CA son una propuesta cultural y educativa que responde al proceso de modernización cultural mercantil y electrónica (Willis, 2008) alejada de la cultura oficial que se ofrece a través del sistema educativo actual. Esta investigación pretende conocer si el proyecto educativo de las CA, participativo, dialógico y valedor de la cultura popular de sus miembros, está modulado 2 actualmente por las NTIC, y ofrece la posibilidad de formación, significación y desarrollo de identidad en las nuevas generaciones de jóvenes, principalmente en las clases populares. 3. OBJETIVOS • Profundizar en el modelo de CA y observar si éste responde a necesidades educativas de la nueva sociedad posmoderna. • Mostrar similitudes y diferencias entre el rol docente del modelo organizativo de las CA y el rol asumido en centros educativos que incorporan las NTIC en su nivel más avanzado, el deliberativo (Pozuelos, 2005). • Analizar si las NTIC posibilitan el aprendizaje dialógico y compartido que proponen las CA, ya que ambos se basan en la comunicación y la creación de un nuevo conocimiento a partir del diálogo igualitario. 4. METODOLOGÍA La propuesta metodológica que se propone en el proceso de investigación de la tesis es de corte naturalista. Esta decisión está motivada porque la investigación se justifica en un contexto social y educativo actual complejo, condicionado por numerosos factores que se influyen recíprocamente entre sí. En palabras de Guba (1981), lo que se pretende en esta tesis es ofrecer un vestido acabado, porque si centramos la atención en un único aspecto del contexto en el que se va a realizar la investigación, lo que conseguiremos es romper en jirones el escenario social y educativo que se pretende describir. La investigación propiamente dicha, enmarcada en la pretensión de analizar los nuevos fenómenos sociales y educativos, se centra en comprender cómo influyen las NTIC en el funcionamiento de las CA a partir de la observación in situ de los procesos, situaciones y relaciones entre sus miembros. Cada centro investigado forma una unidad social propia y con diferentes manifestaciones culturales, formas de vida y estructuras sociales subyacentes que es preciso interpretar a partir de la perspectiva de sus miembros. Esta investigación es, por tanto, cualitativa ya que se pretende estudiar la realidad de las CA en su contexto natural, intentando interpretar los fenómenos observados de acuerdo con los significados que tienen para las personas implicadas. Para llevarlo a cabo se realizará un análisis de fuentes secundarias relativas a CA, a la fundamentación metodológica que apoye la investigación y al contexto económico y sociocultural. Se recurrirá a personas expertas en esta área de investigación (Instituto CREA de la Universidad de Barcelona) con objeto de perfilar la muestra que será intencionada y las herramientas diseñadas para el desarrollo del trabajo de campo. Se accederá a tres unidades de análisis: una CA paradigmática, una CA que incorpore medios y recursos tecnológicos y un centro educativo ajeno a las CA que incorpore estos recursos en el nivel deliberativo. Las técnicas utilizadas serán la observación, la entrevista en profundidad y los grupos de discusión. Participarán en la investigación los diversos agentes educativos.