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En el presente artículo pretendo, de una forma aún exploratoria, reunir algunos presupuestos de las teorías poscoloniales/descoloniales para elaborar un pensamiento crítico sobre la hegemonía de determinadas políticas, procesos e instrumentos de evaluación (o de medición educativa), que son claramente eurocéntricos (o euroamericanos) y que integran la actual agenda educativa global. Sin pretender contribuir para subsanar cualquier posible laguna pero reconociendo que, a pesar de las conocidas excepciones, el campo de las políticas de evaluación se encuentra relativamente saturado por abordajes repetitivos y previsibles, me resulta llamativa la capacidad hermenéutica de los presupuestos poscoloniales/descoloniales, cuya presencia en el campo del pensamiento crítico es cada vez más inevitable. Entre otros aspectos, quisiera llamar la atención sobre la urgencia en la construcción de relaciones y condiciones más justas y democráticas entre los diferentes países del sistema-mundial, especialmente en lo que se refiere a la producción del conocimiento, a través de la evaluación. En este sentido, si los países periféricos o semi-periféricos del sistema-mundial, en diferentes zonas del globo, adoptan de manera acrítica los indicadores definidos por el centro o no son capaces de resistir a la dominación cognitiva, o bien no cuestionan la integración subordinada en programas de evaluación comparativa internacional (como PISA y el AHELO), en cuanto instrumentos al servicio de una hegemonía epistémica eurocéntrica y euroamericana, la agenda educativa global continuará consolidándose únicamente como la expresión de los intereses del capitalismo, ampliando así, cada vez más, la colonialidad del conocimiento científico y evaluativo.
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