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Con la desaparición del género neutro en el paso del latín a las lenguas románicas, los adjetivos latinos de tres terminaciones se adaptaron en catalán como adjetivos de dos ter-minaciones, normalmente con las marcas Ø para el masculino y -a para el femenino, como en clar-Ø 'claro' ~ clar-a 'clara'; este patrón es transparente y máximamente icónico. Los adjetivos de dos terminaciones, en cambio, se convirtieron en invariables, como en catalán antiguo fort-Ø 'fuerte'. El sincretismo de género, a pesar de los problemas de iconicidad y transparencia que genera, podría mantenerse si las clases invariables estuvieran definidas por propiedades extramorfológicas que contribuyeran a su estabilidad, como sucede en español con la terminación -e, que permite adscribir los adjetivos a la clase de invariables (por ej., fuerte). En catalán, sin embargo, la ausencia de terminaciones específicas para los invariables agrava los problemas de iconicidad y transparencia de estas formas, por lo que la tendencia a crear femeninos analógicos (como fort-a 'fuerte, fem.') es más fuerte que en español. Due to the loss of the neutral gender in the evolution from Latin to Romance languages, three-ending Latin adjectives were adapted as two-ending adjectives in Catalan, usually with the marks Ø in the masculine and -a in the feminine, as in clar 'clear, masc.' ~ clar-a'clear, fe m.'; this pattern is transparent and maximally iconic. Two-ending Latin adjectives became invariable instead, as in old Catalan fort-Ø 'strong', giving rise to gender syncretic forms, which lack transparency and iconicity. Despite the naturalness challenges raised by syncretism, it can be maintained if invariable classes are defined by extramorpholog-ical properties that enhance their stability, as is the case of Spanish with the ending -edetermining membership to the invariable gender class (e.g., fuert-e 'strong'). In Catalan, though, the lack of exclusive endings for invariable adjectives worsens their iconicity and transparency, and so the tendency to create analogical feminine forms (e.g., fort-a 'strong, fem.') is stronger than in Spanish.
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