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ente trabajo de investigación realiza un análisis exploratorio acerca del acoso escolar y el ciberacoso y su relación con el posicionamiento social y las características físicas, dentro del ámbito territorial de la comunidad valenciana. La investigación se centra en averiguar los niveles de acoso existentes actualmente en los cursos de 1º y 2º de secundaria en institutos públicos, observar las relaciones sociales de cada una de las clases analizadas y averiguar la inferencia existente entre los datos de autopercepción del acoso, el posicionamiento social, y las características físicas, a través del prisma de la teoría de grafos. Dicha teoría permite modelar un problema o una situación a través de un dibujo que permite ver las relaciones, sean del tipo que sean, entre los diferentes agentes intervinientes. Aplicado al presente caso, permite modelar las relaciones entre los alumnos que comparten clase y observar de forma visual la posición que cada uno de ellos ocupa en el entramado social. En cuanto a las conclusiones de la exploración fueron las siguientes: El nivel de victimización percibida por el alumnado es bajo o muy bajo; la victimización relacional tiene una incidencia más alta en las mujeres y la victimización física tiene una incidencia más alta en los hombres. El curso de pertenencia y el peso no influyen en la victimización percibida. En cuando a la cibervictimización el nivel percibido por alumnado también resulta ser bajo o muy bajo. Como en el caso del acoso tradicional, el género, el curso de pertenencia y el peso no influyen en la cibervictimización percibida. Lo que sí se observa en relación al peso es que el alumnado con peso saludable está mejor considerado a nivel relacional y se sitúa, dentro del mapa social de la clase, en una posición más influyente y mejor conectada que el alumnado con sobrepeso u obesidad. Es por ello por lo que el alumnado con obesidad está peor considerado a nivel relacional y se sitúa en una posición menos influyente y peor conectada que el alumnado con peso saludable e incluso con sobrepeso. Cuanto mayor es la centralidad del alumno en el mapa social de la clase resulta menor el grado de victimización percibida. A su vez, cuanto más en la periferia del mapa social de la clase se encuentra el alumno resulta mayor el grado de victimización percibida. Estos resultados nos permiten observar como el posicionamiento social resulta determinante de cara a que el alumnado esté más protegido o menos de la posibilidad de padecer acoso, y como, aunque el sobrepeso no esté directamente relacionado con la victimización, sí lo está con el posicionamiento social. Esta situación provoca que el alumnado con ciertas características físicas se sitúe más lejos de la posibilidad de un mayor número de relaciones y de una posición más favorable en el mapa social de cara a evitar la posibilidad del acoso. Como la naturaleza de los mapas es cambiante y la información de los mismos es relativamente sencilla de extraer, una línea futura interesante sería, siguiendo la idea de buscar conexiones entre la posición en el mapa social y el acoso recibido, acumular información acerca del alumnado y compararla continuamente con sus valores de centralidad y su percepción del acoso, mediante sistemas basados en la inteligencia artificial. De ese modo se podría llegar a predecir qué personas tienen un potencial alto de convertirse en víctimas, lo que permitiría anticiparse al acoso y poder intervenir antes de que la situación derivase en consecuencias negativas.
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