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El objetivo de este trabajo es mostrar diferentes aplicaciones de una pila de combustible de hidrógeno como acumulador de energía. Para fabricar la pila de hidrógeno en primer lugar se cortan los tubos de metacrilato y se reparten en la posición que tendrían en la pila, y con esas medidas se marcan y se cortan las dos placas de metacrilato. Posteriormente se pegan los tubos anchos en su lugar mediante pegamento termofusible y se comprueba su estanqueidad. Tras reparar las fugas, se señala sobre la otra placa de metacrilato la posición de los tubos finos, y se pegan en su lugar correspondiente, probando a cada tubo pegado si
las dos partes de la pila encajan correctamente.
Las celdas de combustible de hidrógeno son muy útiles como acumuladores de energía en lugares remotos, como por
ejemplo naves espaciales, estaciones meteorológicas alejadas, parques grandes, localizaciones rurales, etc. Otros posibles
usos de estas celdas son en vehículos eléctricos, sistemas auxiliares de energía o sistemas de apoyo a la red eléctrica. Las
pilas de combustible pueden llegar a ser piezas clave en un futuro sostenible si se integran en un esquema energético que
incluya generación de hidrógeno a partir de energías renovables.
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